Ahora ya es imposible pedirle a Valverde que piense en otro estilo
Antes de abrir el paraguas y empezar a recibir por lo que vamos a decir el estilo de correr de Alejandro Valverde, suscribo cada una de las palabras que dice Antonio Alix…
#IlLombardia lo que es descomunal -y me da igual que sea de Murcia, de Roma, de San Francisco o de Sidney- es lo de Alejandro Valverde. Estar ahí con 41 años y recién salido de una fractura de clavícula. Cuándo nació Pogacar tenìa 18 años y ya tropecientas victorias #PutoAmo 👏
— Antonio Alix (@antoalix) October 9, 2021
Podemos añadirle retórica, hablar de lo singular que es, admiración y todo lo que queramos, que Alejandro Valverde es eso, lo que dice Alix, y con ello iremos hasta el final. Hay por eso una costumbre muy extendida en este lado de los Pirineos cuando se habla de una leyenda: cuando uno acuña algo que no encaja con el sentir general, se te toma casi por loco.
Lo decimos por lo que comentamos al finalizar Lombardía de Alejandro Valverde…
Unpopular question
Si Valverde casi siempre entre los mejores pero ve muchas veces que se le va el cabello ¿por qué nunca anticipa como lo ha hecho hoy Pogacar? #Illombardia— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) October 9, 2021
Cambiad «cabello» por «caballo», las prisas no son buenas compañeras, y tendréis lo que queríamos decir.
En definitiva lo que vinimos a expresar es que, incluso cuando más admirados estábamos por ver a Valverde aguantar junto a ciclistas que podrían ser sus hijos, sabíamos que la victoria iba a estar casi imposible.
Por dos motivos, el primero por que compite contra monstruos en su plenitud -Roglic, Pogacar, Alaphilippe…-, el otro por su forma de correr, que ha sido la de siempre, la que le ha dado más de 100 victorias, pero también la que le ha privado de unas cuantas.
Artículo completo en El Cuaderno de Joan Seguidor