Julen Amézqueta (1993, Wilier-Southeast) se muestra “satisfecho” de su debut profesional, en un 2016 en el que disputó monumentos como Milán-San Remo e Il Lombardia y una gran vuelta como el Giro de Italia. El navarro se vio más hecho en la segunda parte del calendario, aunque lamenta no haber reflejado mejor en un resultado su esfuerzo. Un salto de calidad que sí confía en dar el próximo año como confiesa en una entrevista facilitada por su agencia de representación. Es 80º en el TOP Ciclo 21 absoluto y 16º en el sub-26.
-¿Qué balance hace de su primera temporada profesional?
-La verdad es que la temporada se pasa rápido. Empiezas con ilusión y las carreras se pasan volando, entre que intentas buscar tu sitio y disfrutas. Tuve la oportunidad de disputar carreras como San Remo y después el Giro que fue una experiencia única. El haber hecho una vuelta grande significa mucho para el futuro. Tras un tiempo de descanso, el equipo tenía como objetivo las clásicas de septiembre y pienso que acabé bien y que incluso en alguna ofrecí un buen nivel. Pensaba que iba a ser más difícil y que lo iba a pasar peor por la adaptación. Yo creo que ha sido un buen año y estoy satisfecho.
-¿Se ha adaptado por tanto más rápido de lo que esperaba?
-Al principio vas con respeto por lo que te vas a encontrar porque hasta ahora habías visto a los más grandes por la tele. Espero con trabajo hacerme más a la categoría y mejorar año a año.
-¿Qué significó disputar el Giro de Italia?
-Te da otra perspectiva, otra forma de ver las carreras, de intentar algo y tener más valor para estar con los primeros. El Giro da muchísimo en cuanto a resistencia y la manera de afrontar las situaciones.
-Ha disputado pruebas que hace un año veía por la televisión…
-San Remo, por ejemplo, te impacta muchísimo. La sensación que tienes cuando se lanza la carrera es imposible de sentir si no es en una carrera así. El cuerpo se queda tan vacío que cualquier repecho te parece un mundo. No sabes ni de dónde sacas las fuerzas. Unas sensaciones que solo se sienten en esas carreras.
-Si tuviera que elegir un momento de la temporada, ¿cuál sería?
-Para mí fue superespecial cuando cogí una fuga numerosa en la tercera semana del Giro –en la 18ª etapa con llegada a Pinerolo-. Eso que siempre ves por la televisión, que siempre sueñas. Es lo que se llama dos carreras en una, la etapa y la general. Sabía que había gente muy buena –venció Matteo Trentin por delante de Moser, Brambilla y Modolo y Amézqueta fue 12º- pero verme ahí es algo único, ese momento se me ha quedado grabado para siempre. Espero que lo pueda borrar el año que viene con otro aún mejor. Se trata de eso, de superar y alcanzar momentos que te marquen más.
-Disputar, y acabar, carreras como San Remo y el Giro parece que le dio otro punto físico más en la segunda parte de la temporada.
-En alguna carrera me he visto cerca de los primeros. Y muchas veces tampoco he reflejado en el resultado lo que he hecho. Y por dentro, cuando llegas al hotel, es lo que más rabia te da. El no ver reflejado el esfuerzo que has hecho cuando has podido estar más delante. Y es lo que tengo en mente para mejorar: que el esfuerzo hay que hacerlo hasta la meta.
-Entiendo que el equipo ha quedado satisfecho con su rendimiento.
-Yo creo que están satisfechos con mi rendimiento. Yo me he dado cuenta de que he estado en las alineaciones de las carreras de más prestigio y si cuentan contigo es porque te valoran y confían en ti.
-La licencia Pro Continental del equipo ha sido aprobada esta vez a la primera.
-Te da una tranquilidad. Dices ‘no hay ningún problema con la licencia’. Así el invierno se pasa con más confianza y tranquilo.
-¿Qué le pide deportivamente al próximo año?
-Quisiera encontrar mi sitio en el pelotón poco a poco, dónde me puedo situar. Hasta ahora vas un poco perdido. Y centrarme un poco más, en el detalle, en el objetivo, e ir con todo. Espero dar un paso de calidad.