Así se presenta el 2018 ciclista

Las esperanzas del ciclismo masculino español de carretera están depositadas en Valverde, Landa y el Movistar Team © Movistar

Luis Román Mendoza / Uluru

Recién comenzado el 2018, es el momento de mirar en perspectiva lo que nos pueden ofrecer los próximos 365 días que, a poquito -muy poquito, sinceramente-, deben ser mejores en todas las modalidades ciclistas que los de la ya finiquitada temporada para el conjunto del ciclismo español en las distintas disciplinas y categorías.



En carretera ya se ha escrito hasta la saciedad de lo que supone la inminente campaña, con esos objetivos del tridente de Movistar Team -masculino-, centrados en el Tour -donde, como españoles, pensamos en Mikel Landa- y en el Mundial de Innsbruck -con ese ahora o nunca de Alejandro Valverde-, y de las esperanzas que supone tener un equipo femenino al más alto nivel, el nuevo Movistar. Por ello, solamente me queda preguntarme qué cambiará en el pelotón nacional con la presencia de seis escuadras, con los promocionados Euskadi-Murias y Burgos BH, y los neonatos Euskadi, Fundación sin Fundación, y Polartec-Kometa, Contador sin Contador; si la recuperación del calendario nacional es real o solo buenos deseos. Y, por supuesto, empezar a ver ‘cositas’ de promesas como Marc Soler, Enric Mas o Iván García Cortina; de pocos más aún. Y ‘detalles’ -de momento no exijamos más- de los que vienen detrás.

Entre las féminas, personalmente me gustaría vivir -aunque ahora no será en primer plano- la explosión de Sheyla Gutiérrez, sobre todo después de la ‘desilusión’, más propia que de sus seguidores y admiradores, en el Europeo de Herning.

Al Alba, Rocío

Rocío del Alba García.

Para el ciclocross, los próximos meses deben ser de transición. Nuestras principales esperanzas de futuro -Felipe Orts, Jofre Cullell, Iván Feijoo o Gonzalo Inguanzo- son de primer año en sus respectivas categorías, por lo que habrá que darles tiempo y ver cómo evolucionan. Y en algún caso, léase el del catalán, si sigue apostando por el barro u orienta su carrera exclusivamente hacia el BTT. Eso sí, tenemos que lamentarnos de que las dos ciclocrossistas que más nos ilusionaron hace muy pocos años, Rocío del Alba García y Alicia González- hayan orientado sus carreras por otros derroteros.

Continuamos con la madrileña, pero ya en las ruedas gordas, donde su apuesta por el mountain bike debe tener una recompensa en los grandes eventos, a tenor de lo visto en 2017. No olvidemos que aún le quedan dos campañas como sub23. En cuanto a Cullell, vale lo dicho anteriormente: es su primer año como ‘espoir’ por lo que no hay que exigirle en exceso. Por el contrario, la ‘Spanish Armada’ seguirá rindiendo, desde un punto de vista global, al más alto nivel: solamente hace falta que alguno de ellos pueda rematar en algún objetivo concreto, como le pasó a Carlos Coloma en Río o a David Valero en algunas de las pruebas de la última Copa del Mundo. ¿Será el momento ya de Pablo Rodríguez?

#GoTorresGoMora

Desgraciadamente, en la pista nuestras esperanzas están mucho más limitadas. Juan Peralta puede dar una sorpresa en un keirin en el que cada vez está más cómodo -cambio de mentalidad más que de preparación- y la dupla Helena Casas-Tania Calvo estará cerca de las mejores, pero sin opciones reales de podio. Por lo tanto, nuestras esperanzas en general y en concreto en el Mundial de Apeldoorn, a finales de febrero, volverán a resumirse en el hashtag #GoTorresGoMora, individualmente o como dupla… aunque tendremos que estar pendientes también de la publicación de los criterios olímpicos para Tokio, para ver si menorquín y castellonense pueden clasificarse en base a sus propias pruebas o tienen que rezar para entrar por la casi imposible vía de la persecución por equipos.

Esos mismos criterios olímpicos deberán clarificarse también para el ‘freestyle’, después de que el primer Mundial de ciclismo urbano en Chengdú nos ofreciese imágenes tan peculiares como los riders compitiendo con camisetas en vez de maillots y subiendo al podio en vaqueros, así como un desconocimiento casi general de las propias reglas de la competición. Con esas normas ya definidas veremos si es factible que España esté en Tokio… aunque la cuota de participantes se limite a apenas ocho testimoniales deportistas. En el BMX original, el ‘race’, mucho tendrán que cambiar las cosas para ver a los españoles como protagonistas, tanto en próximos Campeonatos como en los JJ.OO.

El trial, siempre el trial

Siguiendo en Chengdú, recordar que volverá a ser -tanto en 2018 como 2019- sede del Mundial de ciclismo urbano que también engloba al trial, una de las escasas disciplinas en la que nuestros ciclistas han subido al podio en esa lucha por el ‘arco iris’. En este año, la gran incógnita radicará en ver el rendimiento del indiscutible ‘number one’ tras pasarse a las ruedas de 26”. Un reto para Abel Mustieles en una disciplina en la que el protagonismo ha sido (casi) siempre francés y en la que solo un español, Dani Comas, pudo reinar. ¿Y quien cogerá su relevo en 20”, el sempiterno Benito Ros o algún joven pujante como Ion Areitio?

Terminamos este repaso con el ciclismo adaptado -ojalá se le deje de llamar ciclismo paralímpico de una vez por todas-, donde hay un buen ramillete de protagonistas con distintas procedencias y vinculaciones: el tandem Ignacio Avila-Joan Font, el pistard Alfonso Cabello, el nadador Ricardo Ten, el handbiker Sergio Garrote o el triciclista Joan Reinoso.

Comentar

Su dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos necesarios están marcados *

*