Por sus manos pasan ganadores del Tour de Francia, campeones olímpicos, del mundo -vigentes contrarreloj por equipos-, veteranos, promesas y un sinfín de corredores de diversas nacionalidades y del más alto nivel. Es la consecuencia de pertenecer a la nómina de un «World Team» como el BMC estadounidense como masajista y auxiliar. Es una de las privilegiadas españolas que han conseguido trabajo en 2014 aunque para una empresa extranjera. Es María Auxiliadora -Auxi- Martín Morales (Membrilla, Ciudad Real, 8 de julio de 1986), excorredora profesional y -junto a Andoni Sánchez– la única española del conjunto de Andy Rihs y Jim Ochowicz. Un paso adelante que nos contó en la pasada concentración de Dénia, su próximo y primer destino de un intenso 2015 en su agenda laboral.
F. Ferrari / N. Van Looy. Ciclo 21
-Para los que no la conozcan ¿de dónde viene Auxi Martín?
-Me remonto a mi época ciclista. Estuve corriendo con el Comunitat Valenciana y la selección española hasta en 2008 en la que dejé de competir y seguí estudiando. Hace dos años reinicié mi actividad dentro del ciclismo, formándome como terapeuta y en 2013 empecé a trabajar con Wild Wolf, el equipo de BTT con el que hice toda la Copa del Mundo y también lo compaginé con la selección española de ciclismo en carretera. En 2014 comencé con el MMR de BTT y en la Volta a Catalunya ya con el BMC. Me fueron llamando para trabajar por días y hasta ahora que en 2015 ya tengo contrato a tiempo completo. Mi experiencia es más casi como corredora que como terapeuta.
-¿Cómo fue el contacto para estar aquí?
-Fue probar suerte. Envié un correo a la página web y me contestaron que si podía venir un día a la concentración de Dénia hace un año justo. No me dijeron que venía a una prueba, pero al final le di masaje a Thor Hushovd y a Danilo Wyss y ese mismo día me dijeron que necesitaban una persona para la Volta a Catalunya. Les dije que sí y hasta hoy. Hay gente que no se lo cree pero así fue. Tengo la particularidad de que nunca he perdido contacto con este mundo, bien a través de la Española o con el equipo de montaña, y como era lo que quería… Todo es posible en la vida. Lo que no es posible es algo que no se intenta.
-¿El BMC, como equipo del World Tour, es otro mundo?
-Sí, pero no es tan diferente porque al final el trabajo es el mismo, pero con otros medios. Tú aprendes a trabajar con los medios que tienes. Si no tienes suficientes, te buscas la vida o los sacas de donde no los hay y eso está muy bien para cuando tienes de todo poder disfrutar del trabajo. Si tienes un buen presupuesto, se trabaja de forma más relajada que si tienes otro en el que has de limar, escoger, decidir. Luego es igual. Masaje, carreras, nervios, avituallamientos…
-¿Es un sueño hecho realidad?
-Para mí es una suerte. Me considero afortunada porque me levanto por las mañanas en las concentraciones y pienso que no estoy trabajando. Antes pedía vacaciones para dedicarme a esto. Pero lo que me gusta, como creo que a todos, es la competición. Y lo que tenemos todos en común es que nos encanta nuestro trabajo y el ciclismo. No podrías estar trabajando tantas horas como se trabaja y a veces con tanta tensión. O lo quieres mucho y tienes una amplia generosidad o si no, no puedes estar aquí.
-¿Ser exciclista es una ventaja añadida?
-Es dífícil entender la dinámica del trabajo si no has sido ciclista antes, pero en BMC hay algunos que no lo han sido y trabajan muy bien. Pero el que sabe lo que necesita el corredor en cada momento siempre es un plus. La mejor experiencia es la tuya propia. Lo bueno es que hay tanta gente diferente que cada uno aporta sus cosas y aprendes de todo el mundo.
-¿Cuál será su calendario 2015?
-Las concentraciones de Dénia, Catar, Omán, Volta Catalunya, País Vasco, Romandía, Dauphiné, dos concentraciones largas para el Tour de Francia, Polonia, Valonia y Vuelta a España, además de otras carreras. Un calendario muy bonito.
-¿Cómo se trabaja en un equipo mayoritariamente masculino?
-Aquí soy una más, pero es una realidad que venimos de un ciclismo machista. Pero los menos machistas son los propios corredores, y al final se transfiere al resto del grupo. Las mujeres aportamos cosas buenas siempre porque somos distintas, pero para mí no es un hándicap trabajar en un mundo que siempre ha sido de hombres. Todo lo contrario. Creo que me ayuda más, porque quizás estamos más puestas en duda y a la hora de estar al ciento por ciento lo estoy más aún para demostrar que estamos ahí porque tienes que estar. A los corredores creo que incluso les gusta porque saben que cuidamos más las cosas como por ejemplo el «food room», la sala de la comida, y lo valoran. Los directores, mecánicos y masajistas de ahora son de un ciclismo nuevo y no piensan como antes.
-¿Y ser casi la única española de la plantilla?
-Estoy con Andoni Sánchez, conductor de autobús y también osteópata. Estaba en el Euskaltel y para mí es muy importante y creo que viceversa. No coincidimos mucho pero mantenemos contacto permanente. Es una suerte porque, aunque han entrado más italianos, el bloque es belga y estadounidense. Por eso siempre que puedas mantener una conversación en castellano se agradece.
-¿Cuál es el espíritu del BMC?
-Es un equipo muy innovador, pero a la vez conservador. Mucha de su estructura es belga y son más tradicionales. Luego está la influencia de los americanos que está muy bien porque aportan cosas nuevas al ciclismo tradicional europeo. Una mezcla muy buena.
-¿Trabaja siempre con los mismos corredores?
-En carrera los tenemos asignados, pero trabajo con todos. Bien es verdad que en las concentraciones siempre estoy con Tejay Van Garderen y Peter Stetina, pero no trabajo en particular con ninguno ni al revés. Me adapto bien a todos, pero por el carácter siempre tengo más sintonía con los italianos o con el colombiano Atapuma, pero en general me llevo bien con todos. Los americanos son muy abiertos también. Y todos muy profesionales y correctos. No dejan nada al azar.
-¿Cómo es su día a día?
-Pues es el que conocemos todos. Madrugas, desayunos, neveras, limpiar coches, avituallamientos, carreras, masajes… No ha cambiado mucho y no se puede innovar mucho porque es así. Cada equipo tiene luego sus peculiaridades como por ejemplo en la alimentación. En BMC les gusta poner dulces, bocadillitos y no comen tanta fruta como nosotros o los italianos, por ejemplo. Tenemos una nutricionista, pero los avituallamientos los gestionamos nosotros. Al final son todo barritas, geles y otros productos que se traen todos de Bélgica congelados.
-¿Se ha evolucionado en su parcela laboral?
-Los avituallamientos no. Siguen siendo iguales que cuando yo corría. En cuanto a las técnicas de masaje creo que sí. En cada equipo hay un osteópata, los terapeutas están cada vez mejor formados y los corredores se han vuelto más exigentes a la hora de dar masajes. Cualquier tipo de problema que tienen lo derivamos siempre luego al médico y luego él se pone de acuerdo con nosotros en lo que hay que hacer. Ha evolucionado más en tratamientos terapéuticos como la crioterapia, electroterapia, que en la alimentación.
-¿Qué relación tuvo este año con Samuel Sánchez?
-Coincidí con él en la Volta a Catalunya, en la que debutamos los dos, y en una concentración en Andorra. Le voy a echar mucho de menos, pero no solo yo, todo el equipo. En BMC estaban muy contentos con él. Samu es un corredor que aparte de ser carismático es súper inteligente y siempre aportaba cosas al equipo que hacían falta. Además de experiencia, daba templanza. A los corredores más reputados les imponía respeto y eso es bueno y, como es tan listo en carrera, se lo transmitía a los corredores jóvenes. Y también a los auxiliares. Aprendí mucho con él.
-¿El mejor corredor a la hora del masaje?
-Pues uno de ellos es Samu. Muscularmente es muy fácil, recupera muy bien, y él lo sabe. Otro parecido es Van Garderen, muy similar a Samu en ese aspecto. Normalmente los corredores de nivel alto suelen tener una musculatura dócil, blanda, flexible. Tampoco hay diferencias entre escaladores o velocistas. Tienen diferentes morfologías, pero a la hora de tratarles es igual.
-¿La edad importa?
-Importa en el momento que no andas y Samu hizo sexto en la pasada Vuelta a España. Hay chavales con 22 años que la edad sí importa.
-¿Le sorprendió algún corredor cuándo llegó al equipo desde su visión antes de llegar?
-Pensaba que Gilbert iba a ser más distante, que iba a ir de divo, pero qué va. Es muy cercano y en general es algo que todos los ciclistas tienen en común. Por ejemplo Phinney es muy bromista, igual que cuando lo ves en las fotos haciendo el indio. Es así. Van Garderen es un chico súper sencillo, muy humilde, para él nunca hay problemas y lo que le des está bien. Hay corredores jóvenes que firman un buen contrato -no en este equipo- y algunos se creen con derecho a exigir y Tejay no es así. Es un cacho de pan.
-¿Alguna anécdota o confidencia confesable?
-En el masaje que le dí a Hushovd cuando vine a Dénia hace un año, a modo de prueba, le dije que era muy admiradora suya, que había seguido toda su carrera… Y luego le solté que si tenía aún muchos amigos en el Crédit Agricole. Y me dijo que Crédit Agricole hace cinco años que no existe… pero sí, tengo amigos (risas). Imagina la cara que se me quedó. Pensaría que esta chica no tiene ni idea. Para mí fue…
-Desde su experiencia como exprofesional ¿cómo valora la actual situación del ciclismo femenino español?
-Está en un punto de inflexión en el que puede remontar o en el que puede caer en picado. Hay corredoras que tienen una proyección muy buena como Rocío del Alba García, Sheyla Gutiérrez u otras ya como Ane Santesteban y Anna Sanchis que si tuvieran el apoyo necesario estarían a la altura de Dori Ruano por ejemplo. El momento de hacer cosas es ahora y no dentro de cinco años y luego lamentarse. Cristina San Emeterio está haciendo un buen trabajo en la Española y si no se hace más es porque de verdad no se puede. De cara a los Juegos de Río tienen un año por delante para apostar por el ciclismo femenino. Se necesitan medios, está claro, pero si lo comparas con otros deportes, no son tantos. Y siempre será una inversión. Y otra Olimpiada sin corredoras españolas puede ser catastrófico. Se termina.
-¿Qué opina de la reivindicación de la igualdad de premios en las competiciones?
-Soy partidaria de que se den igual. Entiendo y respeto que si compiten 50 féminas y 300 chicos los premios sean mayores para ellos, pero lo que no respetamos es que en igualdad de condiciones los premios sean peores. La diferencia es que se les exige igual, pero no se les paga igual. Poco a poco…
-Un deseo para 2015
-Me gustaría mucho que, aunque no vaya a estar, hicieran un Campeonato del Mundo contrarreloj muy bueno. El Tour y el Mundial de Richmond, en casa, son los objetivos del BMC. Y para mí, que pueda disfrutar con el trabajo.
Una entrevista diferente y original,muy interesantes las reflexiones de Auxi Martín.