Ciclo21 Portal de ciclismo
Nys, en el © Superprestige
Con la llegada del mes de marzo y una agenda cada vez más llena de ‘routiers’, el ciclocross ha echado el telón hasta el próximo otoño. La temporada que acaba de finalizar nos ha dejado alguna sorpresa, pero, en líneas generales, ha vuelto a dejar patente que Sven Nys, a sus 37 años, sigue siendo el auténtico dominador de la especialidad invernal del ciclismo. Sólo se le ha escapado la Copa del Mundo, que fue a parar a Lars van der Haar, pero con un final de temporada realmente espectacular, especialmente tras su triunfo en Diegem, el Caníbal de Baal dejó claro que aquel que quiera tomar su relevo como cabeza de cartel durante el invierno, tendrá que pelear todavía mucho contra su dictadura.
Aparte de Van der Haar que –sin quitarle méritos a su Copa del Mundo– todavía tiene que demostrar su potencial y capacidad tras una temporada en la que ha ganado seis carreras, pero en la que no ha sido capaz de estar a la altura de manera consistente, el gran nombre propio es el de un Zdenek Stybar que, sin apenas haber pisado el barro, se proclamó campeón del mundo en Hoogerheide.
La campaña 2013-2014 ha sido una de las mejores en la carrera deportiva de Sven Nys. Con un total de 17 victorias lo ha ganado casi todo. Su demostración en el nacional belga fue antológica, despejando todas las dudas –las pocas– que a esas alturas todavía quedaban de cara a su posible rendimiento en el Mundial. El Superprestigio y el BPost se ataron en las últimas pruebas, pero también fueron a parar al zurrón del belga. En el Mundial, como ya hemos comentado, sólo un estratosférico Stybar pudo apartarle del cajón más alto del podio y, por lo tanto, de su tercer maillot arcoíris.
El Mundial de Louisville fue para Sven Nys una especie de piedra angular. Llegó en un momento en el que parecía que su dominio comenzaba a declinar, pero tras ese triunfo en Estados Unidos, portar el arcoíris durante esta recién terminada campaña ha sido todo un empujón en su ya larga carrera. La injusticia para Nys, sin embargo, está en su más que brillante pasado. Sería fácil decir ahora que con 17 triunfos la cosa ya no va como iba antes. Treinta triunfos en la 200-2007, 27 victorias en la 2005-2006 o 25 un año antes podrían parecer cifras a las que esta temporada no pueden hacer sombra, pero, como digo, eso sería tremendamente injusto. Sven Nys ha conseguido su decimotercer Superprestigio, su noveno Campeonato de Bélgica, su noveno BPost (sumando, claro está, las victorias conseguidas cuando todavía se llamaba Trofeo GvA) y su novena medalla mundialista. Sólo el 12º puesto en la Copa del Mundo, su peor resultado en la challenge de la UCI, podría ser considerado una sombra en su currículum.
La victoria de Niels Albert ©Superprestigio
Niels Albert, el otro gran nombre que sonaba en el ya lejano otoño, ha sido una decepción. Nadie le podrá negar la tenacidad al belga, que fue capaz de ganar el pasado fin de semana en un estertor que ponía un buen broche final a una temporada que comenzó bien y que fue calamitosa desde el nacional belga.
Pero Albert no puede ser considerado la gran decepción del año. Ese dudoso honor ha sido para un Kevin Pauwels que, con solo dos victorias en su haber, no se metió en la lucha por estar entre los primeros en ninguna gran competición. Su tercer puesto en el Mundial, donde tampoco estuvo nunca en la batalla por el triunfo, no puede maquillar una campaña decepcionante para el belga.
Por último, y no menos importante, hay que hacer una mención especial al checo Zdenek Stybar. Su Mundial fue impresionante. Centrado ya en la ruta y en su preparación para las clásicas de primavera, no tuvo problema en cambiar por unos días de bicicleta y afrontar un reto que, en el ciclismo actual, parece casi imposible. Él y Nys se batieron el cobre durante toda la carrera. Una carrera en la que hubo caídas, ataques y marcajes por amabas partes, pero que finalmente cayó del lado del más fuerte, algo que permitió al de Omega Pharma convertirse en el nombre propio de la temporada. No solo por haber ganado el Mundial, sino por haber vencido la carrera más bonita de la temporada.
