Aunque Países Bajos ha sido la selección triunfadora de los recién terminados Campeonatos del Mundo de Saint-Quentin-en-Yvelines, con diez medallas (cuatro otros, otras tantas platas y dos bronces), por delante de Italia, Francia y Alemania, con siete cada una de diferentes valores, lo más reseñable del medallero es que, aunque haya intercambios en las posiciones, son las mismas las que repiten en lo más alto en relación con el de 2021, las mencionadas, junto a Gran Bretaña.
Son países que viven la pista desde una perspectiva global, por mucho que tengan aspectos más fuertes y carencias en otras disciplinas, pero que trabajan por tener ese todo homogéneo.
Por ejemplo, Países Bajos tiene la mejor velocidad del mundo masculina liderado por Harrie Lavreysen -dos oros y una plata- y Jeffrey Hoogland, aunque cedieran por primera vez en la prueba por equipos ante una sorprendente Australia y una de las mejores femeninas, pero también un prometedor equipo de mujeres fondistas, con una cada vez más sólida Maike Van der Duin -dos platas-, y notables individualidades masculinas, con Yoeri Havik también en arco iris.
De Italia, ¿qué decir? Es cierto que la velocidad femenina está en pañales y a la masculina aún no se le deben exigir resultados, aunque apunten muy alto. Pero sus cuartetas son, hoy por hoy, las mejores del mundo, por mucho que cediesen ante Gran Bretaña, y con sus integrantes y con los que se quedan fuera -Martina Fidanza, Rachele Barbieri, Filippo Ganna o Elia Viviani, por ejemplo- pueden dominar en casi todas las pruebas de fondo.
Francia lleva una excelente progresión de cara a sus Juegos, aunque sus equipos masculinos de velocidad y persecución fallaran por diferentes motivos. Por el contrario, su cuarteta femenina ya es capaz de luchar por las medallas, liderada por una Clara Copponi que se ha quedado tres veces en puertas del oro en Europeos y Mundiales. Y su trío femenino se acerca peligrosamente a la élite, conducido por una Mathilde Gros ya plenamente consciente de sus posibilidades y una espectacular Taky-Marie-Divine Kouamé, que no tiene ningún complejo a su edad. Si a eso le unimos la solidez de Benjamin Thomas, notablemente acompañado de Donavan Grondin, las esperanzas son máximas, aunque ya hablaremos más ampliamente en otro artículo.
Por su parte, Alemania ha bajado del liderato a la cuarta plaza del medallero pero su potencial no debe resentirse. Aun sin Lisa Brennauer tienen mimbres para poder seguir brillando en la persecución femenina, mientras que sus velocistas siguen siendo las mejores del mundo, a pesar de la eclosión de las dos galas. A poco que suban su nivel masculino en ambas facetas, volverán a lo más alto del medallero.
Y finalmente terminamos este repóker con una Gran Bretaña que mantiene su excelente nivel de sus fondistas -y eso que la participación de Katie Archibald fue testimonial-, como demostró tanto Neah Evans como su cuarteta, y que en hombres tiene ese aval de Ethan Hayter y la inyección que ha supuesto la entrada de Dan Bigham en sus persecuciones. Sus dos equipos de velocidad se fueron con sendos bronces, demostrando que aún pueden mejorar, aunque individualmente también les falta rematar. Por cierto: fueron la única selección con podios en las cuatro pruebas por equipos.
Por detrás, algunos trabajos interesantes como los de Bélgica, liderada por una Lotte Kopecki que tiene mucho que decir en los velódromos o Australia con su equipo de velocidad masculino. Y sin olvidar otros corredores a nivel individual, entre los que destacaría a la sólida Jennifer Valente y al prometedor Dylan Bibic.
En total 16 países han accedido al medallero de Saint-Quentin-en-Yvelines, en una tabla que cierran Colombia y España con sendos bronces y que en el caso de la de Alejandro Martínez significa volver a la racha de medallas que se rompió en 2021, pero nada más, por mucho que algunos quieran sacar pecho, ya que el mérito es del corredor y de su entorno, nada más. Otra individualidad más en un país en el que falta mucho, todo, por hacer para poder pensar no en resultados, sino simplemente en una filosofía como la de las cinco primeras naciones.