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Cortina d’Ampezzo, 23 de mayo de 2012, 17ª etapa del Giro de Italia: Ivan Basso es segundo detrás de Rodríguez y delante de Hesjedal (quien en la meta de Milán se enfundaría la “maglia rosa”), Uran y Scarponi. Desde aquel día, excepto la victoria obtenida un feliz día de octubre en la Japan Cup, el motor de Iván Basso es como si se hubiera gripado de golpe.
El 2013, centrado en el Giro, tendría que haber sido el año de la revancha, en cambio fue peor. Anónimo en la París-Niza, Coppi & Bartali, Giro del Trentino y Romandia, donde un quiste le obligó a renunciar a la crono final y, sobre todo, al Giro de Italia, su gran objetivo.
Después de más de un mes sin montar en bici, regresa a la competición dando débiles señales de recuperación en la Vuelta a Austria. Ya en la Vuelta a Polonia acaba octavo, a 1’38” de Peter Weening. Vuelve a correr como en los viejos tiempos, como protagonista, líder de la prueba. Y el rendimiento demostrado en las siete etapas han borrado cualquier duda sobre la competitividad de Basso: “Yo ya dije que en Polonia habría estado entre los primeros. Sabía que no estaba acabado, que podía todavía jugar mis cartas con éxito. Tranquilos, todavía no ha llegado la hora de jubilarme”.
-Basso, lástima que no hayas conseguido el triunfo de la carrera polaca…
-Por ahora está bien así Las sensaciones han sido muy buenas, estoy contento. Todavía no me encuentro en las mejores condiciones, pero he puesto las bases para ello. Fui a Polonia sin haber realizado un entrenamiento excesivo y sin preparar especialmente la contrarreloj. En la Vuelta estaré entre los primeros. Por ahora me encuentro en el punto exacto donde quería estar.
Fuente: La Gazzetta dello Sport
