Pello Bilbao (1990, Astana) ha debutado en el Giro de Italia, una carrera con la que soñaba disputar algún día. Ahora ya la conoce y desde luego no le ha decepcionado el envoltorio rosa de la carrera. En cambio, no le ha gustado tanto el cálculo con el que se disputa.
Tampoco ha podido ofrecer su mejor versión lastrado por las alergias, aunque el Giro no ha terminado y confía en ser protagonista. Ya lo intentó en el Mortirolo, apoyando a un Luis León Sánchez que coronó primero para honrar a Michele Scarponi.
La mala suerte que arrastra Astana
Habla de su equipo. Lamenta la mala suerte que acompaña al Astana desde el inicio de la temporada y con el remate de la caída Tanel Kangert en la 15ª etapa. “El equipo ha tenido muy mala suerte, con Luisle y Cataldo sin poder rematar, la caída de Kangert cuando estaba bien situado –era séptimo en la clasificación general-… Te pones a pensar en una temporada desastrosa y no puedes llegar a imaginarte todo lo que nos ha pasado este año. Desde principio de año, con la lesión de Miguel Ángel López, luego la caída de Aru, con Scarpa… Todo tipo de desgracias, esta última caída de Tanel, y a veces una desgracia detrás de otra te come la moral”, afirma.
“Cuando de una vez en el Giro habíamos empezado a levantar la cabeza, y realmente nos sentíamos fuertes y confiados de cara a la general, se nos fueron todas las opciones con Tanel y es una pena, porque era una última semana apropiada para él”, añade.
En ese sentido, apunta a que quizá la actitud en el pelotón no sea la más adecuada en este Giro del Centenario: “Se está corriendo muy agresivo. A veces me da la sensación que también falta un poco de respeto en el pelotón, y más compañerismo, porque estamos corriendo un poco de manera salvaje. Muchas veces no se piensa que tiene que pasar gente por detrás de ti, que los de delante de Tanel pudieron esquivar la señal y nadie le avisó que allí había un obstáculo y al final se encontró con una señal en los morros cuando iba a 50 kilómetros por hora. Por suerte, no pasó nada más grave. Ha sido una avería gorda pero podría haber sido incluso peor”, finaliza.
«El Giro se vive mucho en Italia»
Bilbao destaca sobre todo cómo se siente y vive el Giro: “El ambiente y el recorrido es más o menos lo que me esperaba, lo que siempre me he imaginado como el Giro: una carrera que se vive mucho en Italia, que paraliza el país y hace sentir que el ciclismo es importante viendo cómo se vuelca toda la gente. En ese sentido, espectacular. Y esta última semana es la esencia del Giro y es algo que me motiva”.
Ahora bien, confiaba encontrar una carrera más loca, más suelta. “En cuanto la manera de correr, me ha parecido que se corre mucho mirando la última parte de la etapa. El desenlace ha sido casi siempre al final prácticamente en la mayoría de las etapas, y por mi parte me gusta menos. Soy un corredor al que le gusta anticiparse, que la carrera sea un poco más abierta. En este sentido no me ha gustado tanto, porque en muchas etapas se ha cumplido el típico esquema de fuga tempranera, marcha tranquila en el pelotón, y al final pelea de los líderes para la general y para la etapa. Quitando alguna excepción como cuando ganó Omar (Fraile), cuando ganó Gorka (Izagirre), la emoción está muy concentrada al final y ahora sí que viene realmente el plato fuerte”, explica.
En cuanto a sus sensaciones, su sabor es agridulce pues no ha podido desarrollar todo su potencial: “Ni bien ni mal. No estoy mal, no tengo ningún problema importante en este momento. Venía de hacer una buena carrera en Romandía y pensaba estar un poco mejor, pero ya vine aquí los primeros días sintiendo bastante el tema de la alergia, había mucho polen, y no he podido dar mi máximo nivel. Ahora me estoy manteniendo muy bien, no me están pesando las etapas, estoy recuperando bien, pero… Siento que tengo una pequeña limitación que no me deja dar al 100% en los momentos clave, cuando se decide la carrera. Me falta ese último punto, no sé si es a causa de la alergia, que la suelo sufrir a finales de mayo, junio. Quizá por eso estoy un poco por debajo de lo que tenía que estar, pero mantengo la esperanza de hacer una buena semana final para marchar con buen sabor de boca, porque no acabo especialmente fatigado”.