N. Van Looy – F. Ferrari / Ciclo21 (Enviados especiales – Calpe)
Sólo él puede conseguirlo. Necesita rizar el rizo y hacer su tercer doblete después de los alcanzados en 2005 y 2012, pero si Tom Boonen (Mol, 15 de octubre de 1980) se lleva el triunfo en la Vuelta a Flandes y en la París-Roubaix de 2015 se convertirá, sin ningún género de dudas, en el mejor especialista en clásicas adoquinadas de la historia del ciclismo. Es el único corredor que puede situarse con cuatro triunfos en De Ronde y cinco entorchados en el Infierno del Norte. Nadie ha conseguido esos registros hasta ahora y sólo Cancellara podría superarle en Flandes e igualarle en Roubaix.
Pero para afrontar ese reto queda todavía mucho tiempo. Muchos kilómetros de entrenamiento. Varias jornadas de competición relativa. Algunas clásicas en su país que también intentará vencer. Por el momento, disfruta de su “¿vigesimoquinta vez? en Calpe. No sé exactamente cuántas veces he venido ya aquí. Dos veces al año durante tantos años. He perdido la cuenta, pero deben de ser unas 25. Me gusta mucho venir porque conozco muy bien las carreteras de esta zona y es una región en la que tienes garantizado el buen tiempo y no creo que nadie pueda discutir que este es un lugar muy bonito donde estar” comenta Tornado Tom escondido tras sus gafas de sol mientras el Peñón de Ifach y una preciosa puesta de sol en el horizonte del Mediterráneo se encargan de dar fe a esas palabras.
Los jóvenes deben de dar el paso
Tiene ya 34 años y lleva, como él mismo acaba de reconocer, muchas temporadas en sus espaldas, pero asegura que el tiempo no ha hecho mella en su ambición. “Cuando tenía 19 ó 20 años y vine aquí por primera vez todo era nuevo para mi. No sabía qué es lo que me esperaba, pero estas concentraciones de inicio de temporada me siguen excitando. Me sigue gustando entrenar aquí”. Ya no habla, por lo tanto, aquel Tom Boonen con toda una carrera por delante. Ahora lo hace un peso pesado del pelotón. Un hombre que, aunque todavía tremendamente temible en sus carreras fetiche, sabe que acumula más kilómetros recorridos que los que le quedan por delante. A eso hacía referencia Greg Van Avermaet cuando decía que su generación y la de los más jóvenes deberían de terminar de cerrar el hueco cualitativo que hasta ahora les separaba de Boonen o Cancellara en las clásicas adoquinadas. “¡Deberían de conseguirlo!”, reacciona el corredor del Etixx-Quick Step. “No es ningún secreto que los años pasan y es algo normal. Tengo 34 años y Greg tiene 29 años, así que tampoco es tan joven. Creo que si hablamos de juventud debemos de referirnos a chavales que están en su primer o segundo año como profesionales. Ellos lo intentan. Lo intentan y lo siguen intentando y siempre tienen la intención de ganar una carrera. En el caso concreto de Greg [Van Avermaet], es cierto que ha dado un paso adelante en 2014. En cada carrera estuvo con los mejores y ahora debe de dar el paso de intentar ganar. Lo que no sé es si va a haber mucha gente que pueda ser considerada, de antemano, favoritos al nivel de Cancellara o el mío. Es muy temprano todavía para decir algo así. En este momento, me encuentro muy bien y mis tests arrojan muy buenos resultados. Estoy al nivel de mis mejores años, así que si tengo un poco de suerte y puedo mantenerme sano y sin caídas en las próximas semanas, seguro que estaré en mi mejor nivel de nuevo. Luego sólo queda confiar en que eso sea suficiente. Lo ha sido en el pasado, así que espero que siga siéndolo, pero hay gente como Sagan y otros que están llamando a la puerta que aunque no hayan ganado una grande todavía siempre están ahí y, por lo tanto, conseguirán un triunfo en algún momento”. Pero, pese a ello, “tras 14 temporadas como profesional ya he visto todos las caras de la moneda. La buena y la mala, pero lo más importante es que sigo con hambre de conseguir victorias y me encanta montar en bicicleta”.
El 2014 no ha sido un buen año
Cuando Boonen dice que se encuentra bien, es inevitable que el periodista le estudie de arriba abajo y confirme que, al menos en el plano físico, se encuentra ante 192 centímetros de corredor muy fino. Una condición que el pasado año también tenía, pero que se echó a perder debido “al drama personal de haber perdido al bebé el viernes antes de la Milán-San Remo. Empecé muy bien la temporada. Conseguí victorias bastante pronto [dos etapas y el maillot verde en Catar y Kuurne-Bruselas-Kuurne] y dos semanas después nos pasó aquello. Emocionalmente estaba devastado. Era una ruina. Decidí seguir corriendo porque no es una mala terapia. Creo que fue en Roubaix cuando conseguí volver a estar en mi nivel normal por completo, pero llegar a la carrera sin tener ningún resultado que te avale es muy diferente. No llegas tan relajado. Corrí Roubaix como un juvenil de 16 años. Quería dejar a todos clavados desde el principio, pero evidentemente aquello no funcionó, pero me sirvió para volver a disfrutar con una carrera. Me lo pasé bien”.
Tras ese periodo “tuve la lesión de la cadera y no pude volver a correr hasta el Eneco Tour, pero tuve una buena parte final de temporada. Hice una buena Vuelta a España [consiguió un 2º puesto en la etapa de Logroño] y llegué en buena forma al Mundial. Haber hecho esa segunda parte de la temporada algo distinta a lo normal me ha permitido tener un buen invierno, pero en líneas generales 2014 no ha sido un año para recordar”.
La Vuelta a Flandes debe de quedar como está
Tras el fiasco del recorrido que propuso la Vuelta a Flandes hace tres años, la mayoría de especialistas y aficionados reconocen abiertamente que el actual trazado, al que este año se le añadirán dos nuevas cotas, es el más adecuado para la carrera. Boonen opina que “creo que es necesario que se mantenga un mismo recorrido durante un tiempo. Con los cambios de hace tres años se formó un lío bastante importante en Bélgica y es algo que se intenta olvidar. En cinco o seis años se hablará de la Vuelta a Flandes tal y como es ahora y olvidaremos cómo era en Ninove”.
Siendo su principal objetivo junto a la París-Roubaix, es lógico que él y su equipo piensen ya, con meses de antelación, cómo llegar de la mejor manera posible a la salida de Brujas y, por lo tanto “ya hemos ido a reconocer algunas de las zonas del recorrido. Es el mismo recorrido que el año pasado. Sólo tenemos esas dos nuevas subidas. Berendries vuelve porque ya se han acabado las obras de mejora del asfalto, que es el único motivo por el que no estuvo el año pasado y Tiegemberg no es una subida dura, así que no afectará a la carrera. En resumen, la Vuelta a Flandes sigue exactamente igual y espero que siga así por muchos años”.
Pero no todo va a ser tranquilidad en esta primavera para el jefe de filas del Etixx-Quick Step. En breve será padre y reconoce que “no sé cómo va a ser esa experiencia. Algunas veces estoy pensando en ello y ¡me sudan las manos! No sé qué es lo que me espera. Vamos a tener gemelos, así que creo que vamos a necesitar un poco de ayuda”. Pese a ello, asegura que “en este equipo siempre nos hemos centrado en el calendario de clásicas y va a seguir siendo así. Bueno, ahora tenemos otro bloque para las grandes vueltas [el comandado por Urán], pero los de las clásicas seguimos el mismo esquema que siempre. Ahora ya empezamos a hablar de ello. Hablamos sobre ir a Catar, nos presionamos los unos a los otros, nos animamos para hacerlo bien aquí o allá… todos pensamos que un buen inicio es el inicio de una buena temporada y por eso ya queremos estar bien en Catar y ver hasta dónde somos capaces de llegar”.
Lefevere, su manager y, casi, padre deportivo, asegura que cada año le hacen la misma pregunta. Temporada tras temporada, desde 1993, tiene que contestar a la cuestión de si tener tantos líderes para las mismas carreras es un problema o una ventaja. Él, en conversación con Ciclo 21, aseguró que era un “problema de lujo”, pero parece que Boonen no está tan de acuerdo con él. “Este año, si miramos el vídeo de Flandes, hicimos la carrera perfecta hasta el momento en el que se produjo la escapada. Se quedó un grupo con 15 ó 20 corredores y nosotros estábamos ahí con cuatro. Eso, a veces, hace que la carrera se complique. Era la primera vez que me encontraba en una situación así y a verdad es que me resultó algo confuso. ¿Qué tenía que hacer? ¿Gastar a un hombre para mantener al grupo unido sin estar seguro de que puedes ganar? ¿Hacer lo que hicimos? Todo eso fue algo que nos bloqueó de alguna manera. Es algo que tenemos que sentarnos a hablar y asegurarnos de que no vuelva a pasar. Si te gana un rival porque es mucho más fuerte que tú lo aceptas y no es un problema. Pero si tienes cuatro corredores en un grupo como ese, creo que podríamos haberlo gestionado de manera distinta y estoy seguro de que lo haremos. A veces es una ventaja, pero otras no lo es porque todos te vigilan”.
“Realmente admiro a Wiggins”
Junto a Cancellara, asoma ya el nombre de Sir Bradley Wiggins como uno de sus grandes rivales. El británico se ha propuesto despedirse de la ruta con un triunfo en el Infierno del Norte y Boonen no le descarta en absoluto. “Sólo puedo decir que realmente le admiro por el mero hecho de hacer algo así. Esto demuestra lo grandes que es la París-Roubaix y realmente me gusta que le gusten los Monumentos. Les da el valor que realmente merecen. Creo que más vueltómanos deberían de correr las clásicas y hacer lo que él está haciendo. Nosotros corremos las grandes vueltas también y creo que sería mejor para todos si tienes a los mejores corredores en las mejores carreras”. Pero, la pregunta es obvia. ¿Qué corredor de grandes vueltas puede hacer un papel destacado en los Monumentos? Boonen no se moja demasiado y comenta que “no lo sé. Este año, en el Tour de Francia, las cosas fueron muy especiales por la lluvia y todo eso. Fueron unas condiciones muy, muy, muy malas. Realmente no puedes ponerlo como ejemplo porque todos sufrimos mucho en esas condiciones y no todo el mundo sabe manejar bien la bicicleta sobre el adoquín mojado, pero siempre he pensado que Contador podría hacerlo bien en estas carreras. No maneja demasiado mal su bicicleta y si fuera sobre seco creo que lo podría hacer bien”.