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Boonen, en la presentación en Calpe © Etixx
Apurando los últimos días de su ya más que tradicional –quien sabe si por última vez– concentración en Calpe (Alicante), Tom Boonen sigue siendo, a sus 35 años, uno de los mayores atractivos del Etixx-Quick Step. Lo sabe él, que pese a su bajón de rendimiento en las últimas campañas sigue reivindicando y ganándose su rol de jefe de filas en el conjunto belga y lo sabe, aunque a veces le guste aparentar que no es así, Patrick Lefevere, que le ha vuelto a renovar por un precio que nunca reconocerá en público, pero que es bastante más elevado del que inicialmente estaba dispuesto a desembolsar en un año en el que el conjunto calsicómano por excelencia se ha quitado lastre en forma de las bajas, entre otros, del ex campeón del mundo, Michal Kwiatkowski (ahora en Sky), el velocista Mark Cavendish (en el Dimension Data) o su fallida apuesta por las grandes vueltas, el colombiano Rigoberto Urán (enrolado en el Cannondale).
Con estos mimbres, los 30 hombres que conforman la plantilla de 2016 de Etixx-Quick Step comienzan a poner sus miras en Australia, Argentina y, como en el caso de Tom Boonen, la Comunitat Valenciana, lugares donde cada uno estrenará sus piernas en modo competición. Pero el objetivo, claro está, asoma un poco más allá en el calendario: en abril. Evidentemente y como siempre, todas las citas de un día que se celebran entre el Circuito Het Nieuwsblad y la París-Roubaix son importantes para los de Lefevere –que tienen la obligación de enmendar algunos ridículos del pasado año–, pero el Infierno del Norte y, una semana antes, la Vuelta a Flandes, son la quintaesencia de su campaña.
Para ello, volverán a poner en liza uno de los bloques más potentes en este tipo de carreras, con una interesantísima combinación de jóvenes consagrados –Terpstra, Stybar– con la veteranía y el saber hacer personificados en un Tom Boonen que, lejos de amilanarse ante el empuje de sus jóvenes compañeros-rivales, asegura que sigue creyendo que conseguir el doblete en las dos carreras que han cimentado su leyenda es posible. “Sigo corriendo con el único objetivo de ganar, no para ser segundo”, asegura sentado junto al Mediterráneo. Mi foco está centrado en los días 3 y 10 de abril, es decir, en las fechas de la Vuelta a Flandes y la París-Roubaix”.
Liderando el grupo por Alicante © Etixx
Sabedor de que muchos consideran que esta será su última campaña –así lo desea el propio Lefevere, que quiere quitarse ya de encima la obligación moral de renovar cada año al que en su día tanto le dio, pero que ahora ya no es una inversión interesante–, Boonen va dejando caer que, quizás, las cosas no sean tan definitivas. “Esto es algo que me sigue encantando hacer y no me veo sentado en una oficina todos los días”.
En cuanto a su estado de forma actual, Boonen reconoce que “estoy bien, pero no como otros años a estas alturas. Durante la primera concentración del equipo –celebrada en Denia en el mes de diciembre N.d.A. – tenía miedo porque todavía tenía bastante reciente el derrame que sufrí tras la caída de Abu Dabi. Además, tras esa caída he perdido audición de forma permanente e irreversible en mi oído izquierdo. Ahora oigo 40 dB menos, aunque por fortuna antes del accidente tenía muy buen oído”.
En este mismo sentido, Boonen reconoce que “fue una lesión muy complicada que me mantuvo ocho semanas alejado de la bicicleta y a día de hoy sigo sin estar completamente seguro de que hayan desaparecido por completo todas las molestias. Todavía tengo que comprobar cómo estoy cuando toque hacer verdaderos grandes esfuerzos en competición”.
