Richard Carapaz (1993, Movistar Team) regresó a la competición en la Vuelta a Asturias recién aterrizado de Ecuador, donde ultimó su preparación para asaltar el Giro de Italia. La carrera rosa le impulsó al nivel más alto el año pasado, cuarto y vencedor de una etapa, y quiere, al menos, repetir.
Este 2019 ha disputado cinco vueltas, San Juan (6º), Colombia (9º), Tirreno-Adriático (20º) , Catalunya (26º) y Asturias (1º), donde repitió su éxito del año pasado, aun pensando siempre en llegar al cien por cien a la salida del Giro este sábado. Su ambición es máxima.
De Ecuador a Pamplona y repitió victoria en la Vuelta a Asturias antes del Giro.
Estoy de vuelta al ruedo. Después de Catalunya, entrené y me preparé en Ecuador, y, de paso, pude estar en casa, tranquilo, con la familia. Estuve a 3.000 metros, en Julia Andrade, provincia del Carchi.
No ha podido regresar mejor, con triunfo de nuevo en Asturias.
Pensaba que llegaba bien, preparado para dar lo mejor de mí, sabiendo que el Giro era el objetivo principal, por lo que ganar no hace sino certificar mis sensaciones. El año pasado ganar fue una alegría y sobre todo me dio confianza para el Giro. Este año ha sido lo mismo.
¿Qué balance hace de su primer tercio de la temporada?
He tratado de dar presencia al equipo, echar una mano o tomar la responsabilidad si hacía falta. Pienso que he mantenido una buena línea, regular, en las cuatro vueltas anteriores, siempre con el Giro presente, pensando en llegar lo mejor posible al mes de mayo. Es increíble el ritmo, sobre todo en el WorldTour, se ha ido muy rápido; cada líder está a punto y es muy complicado ganar.
Volvamos a un año atrás, ¿qué significó el Giro 2018?
Significó mucho, fue algo increíble por el nivel que alcancé, una etapa y cuarto en la general, a un paso del podio; fue algo muy bueno, fue como una catapulta para mí, para decir ‘puedo disputar una gran vuelta’. Lo del año pasado pienso que no fue una coincidencia y ganó alguien del nivel de Froome.
¿Qué sensación tiene del Giro 2019 antes de disputarlo?
El Giro es diferente. He revisado las etapas y los perfiles y la última semana es una salvajada. De momento, va todo con el pie derecho, es una satisfacción, y espero que siga así porque la preparación y la competición en el primer trimestre del año han sido muy buenas. El Giro es una carrera en la que siempre hay sorpresas, que tiene un toque diferente. Yo mismo como espectador he visto de todo. Y el año pasado vimos a un Yates dominador que luego se desmoronó, un Froome irregular que luego hizo lo que hizo y un Dumoulin más constante pero al que quizá le faltó un punto. Hay que pasar los días y la carrera irá poniendo a cada uno en su sitio.
¿Qué objetivos se marca en el Giro?
Lo afronto como un gran reto y con la mentalidad de buscar el podio. Es cierto que va a haber muchos grandes rivales y eso va a hacer que sea más emocionante para el espectador. Personalmente, eso me da aún más confianza, enfrentarme a grandes corredores. Este año va a haber aún más nivel. Me gusta, medirme de tú a tú a los más grandes y ver quién es el más fuerte. Tengo una confianza total y el objetivo es repetir e igualar lo del año pasado o superarlo.
La baja de Alejandro Valverde es sensible para el Movistar.
Es una baja importante sin duda; es una lástima que finalmente no se haya recuperado. En el equipo hay otros corredores que merecen una confianza. Landa se ha preparado bien y ha demostrado que está bien. Desde luego, se le tiene muy en cuenta en el equipo.
¿Cuál sería su calendario previsto para la segunda parte de la temporada?
La idea es repetir el 2018: Giro, Tour de Polonia, alguna clásica en España, Vuelta a España y el Mundial. Yo lo tengo claro, es lo que he hablado con Eusebio (Unzué), y es bueno tenerlo para trabajar en la dirección correcta. Me gusta el reto del Giro y la Vuelta. Pienso que el año pasado lo hice bien en las dos. El Tour está ahí. Me gustaría disputarlo en el futuro con garantías, no solo ir a participar, sino con ambición.