Richard Carapaz es el primer ciclista de Ecuador en competir con un equipo del UCI WorldTour. En 2017 disfrutará su primera temporada completa con Movistar, tras haber disputado una veintena de días de competición con los telefónicos en Francia e Italia durante los meses de agosto y septiembre, como corredor a prueba. Un camino, el del profesionalismo, nada sencillo por razones geográficas, según informa el grupo de Unzue en un comunciado oficial.
“He tenido que poner mucho esfuerzo y constancia. Salir y jugar en la gran elite que es el WorldTour es muy difícil en un país como Ecuador: amo mi país, pero desgraciadamente es una nación futbolera y solo se apoya ese deporte. Por fortuna, tuve la oportunidad de viajar, de correr en Colombia y en otros países de América como Argentina, México… en los que vi que tenia buen talento para el ciclismo y busqué explotarlo al máximo. Nunca me di por vencido, y esa fue la clave para llegar hasta aquí”.
Fue cuando tuvo “la opción de venir con la selección de Ecuador a competir aquí a España” cuando Movistar comenzó a ser consciente de esas cualidades. “Y tras ganar la Vuelta a la Juventud de Colombia -el primer extranjero que lo conseguía-, Eusebio Unzue, que ya se había interesado por mí, me propuso la idea de probar un año en España para probar ese talento en carreras europeas”.
Y así fue como el ciclista del Carchí aterrizó en abril en el Lizarte de Manolo Azcona y Juanjo Oroz. El balance fue extraordinario: 2º en el Memorial Valenciaga -su primera carrera como aficionado en España-, éxitos en Urraki o Lazkao e incluso la prestigiosa Vuelta a Navarra, donde fue el más fuerte entre los escaladores. El precoz paso a profesionales era un hecho con la confirmación como aprendiz de Movistar.
“Las primeras carreras de azul me costaron mucho porque, tras la primera estadía con Lizarte, en mi país no tenía con qué mantenerme en forma. No hay ciclismo allí y, aunque entrené conscientemente, sin competiciones era difícil salir de golpe a enfrentarse a equipos WorldTour. Si hubiese querido correr, tendría que haberlo hecho en Colombia, algo que ya no era posible. Aproveché esas semanas para recuperar y volver con muchas ganas, pues sabía que tenía que dar un paso decisivo en mi carrera”.
Sufrió en l’Ain (70º) y Limousin (126º) y fue encontrando el punto en Poitou (79º) y la Vuelta a Cantabria (10º), ésta por unos días de vuelta con Lizarte. Fue en su último tramo de competición por Italia donde mostró estar definitivamente listo para el paso: tercer mejor joven en Toscana -atreviéndose a salir a movimientos de hombres como Fabio Aru- y muy combativo en pruebas como Emilia o, sobre todo, una Tres Valles Varesinos (32º, luego 25º en Piamonte) donde se lanzó varias veces al ataque.
“Me siento muy a gusto en el equipo y para este año que empieza no se me ha exigido nada. Durante la temporada iremos buscando el sitio”. El cual, según Richard, deben ser las rondas por etapas: “He pedido empezar en Mallorca, Andalucía… lugares donde encadenar días de competición y llevar a cabo este año entero de preparación para establecer mis referencias como profesional y, esperemos, cumplir mi gran anhelo como profesional: correr una ‘grande’. ¿Mi máximo sueño? Sería ganar un Giro de Italia”.