Richard Carapaz se prepara ya para asaltar la defensa del título en el Giro de Italia. Esta vez, lo hará defendiendo los colores del Ineos tras su complicada salida del equipo Movistar el pasado invierno. En una entrevista concedida a El Comercio, el corredor explica que tanto el trofeo conquistado en 2019 como otros recuerdos de aquella gesta se quedaron varados en España a causa del coronavirus. “Esperaba traerla en estos meses pero se vino la pandemia y todo se quedó allá”, asegura Carapaz
Sí guarda las ocho ‘maglias’ rosas que recibió por cada uno de los días que fue líder. “Tengo el recuerdo de cada una de las premiaciones, pero sin duda que la primera fue la más emotiva”. Ayer se cumplió un año de su triunfo definitivo, una efeméride que ha celebrado entrenándose en los páramos y las montañas de Carchi.
Desde el 4 de mayo, Carapaz se entrena en la carretera y espera recibir confirmaciones de sus directores deportivos. Tendrá un entrenamiento final con los ciclistas colombianos Egan Bernal, Iván Ramiro Sosa, Brandon Rivera y Sebastián Henao, y con el también ecuatoriano Jhonatan Narváez. Carapaz quiere hacerlo en Ecuador, en la zona del Chiles, donde se puede llegar a 4.000 metros de altitud. Pero también existe la posibilidad de que la concentración sea en Colombia.
A Europa viajará en julio para correr la Strade Bianche el 1 de agosto. Después competirá en la Tirreno-Adriático (del 7 al 14 del septiembre) y en el Mundial, el 27 de septiembre en Suiza. “Con estas carreras completo mi preparación para el Giro de Italia”, que se realizará del 3 al 25 de octubre.
Respecto a Remco Evenepoel, uno de los hombres que levanta más incógnitas de cara a la Corsa Rosa y que fue señalado por Alberto Contador como uno de los favoritos, Carapaz afirma que “no me sorprendería que gane el Giro. Tiene números que me hacen pensar que puede hacerlo”.