Subcampeón el año pasado en Lorca, ratificando el doblete de Wild Wolf Trek, Carlos Coloma será el gran ausente –con permiso del inolvidable Iñaki Lejarreta– en los Campeonatos de España de Panticosa, al tener que pasar nuevamente por el quirófano. El riojano se cayó cuando entrenaba para una de las pruebas de la Bundesliga, en Heubach (Alemania), que se saldó con fractura del troquíter del húmero izquierdo. El 22 de abril era operado en Logroño, con una osteosíntesis y artroscopia de hombro, y se esperaba que pudiera reaparecer en un par de meses, pero… «Tras el primer mes de descanso, sin coger la bici, empecé a notar malas sensaciones, que iba a peor, e incluso notaba pinchazos de la parte interna y que no recuperaba la movilidad completamente –explica el riojano-. Aunque los médicos me decían que era normal, no estaba tranquilo y pedí una segunda opinión. Me hice un escáner y se vio que no estaba bien, por lo que me volvieron a operar».
La segunda operación fue el pasado 5 de julio y fue bastante más complicada «ya que me tuvieron que quitar los dos tornillos y ponerme una placa con ocho. Fue una operación más agresiva, pero al mismo tiempo más segura. Eso sí, perdí bastante sangre y estuve unos cuantos días fastidiado, pero ahora mismo me encuentro mucho mejor, tanto física como moralmente». Y es que Coloma reconoce que «estaba como un lobo en una jaula y, aunque me fastidia perderme el Campeonato de España, sé que si nada se tuerce, podré reaparecer en la Copa del Mundo de Canadá«, que será el 11 de agosto, menos de cuarenta días después de la operación. «Luego tengo tres semanas hasta el Mundial, en las que entrenaré a tope con el objetivo de llegar a Sudáfrica lo mejor posible. Quiero correr una prueba de carretera que hay en Huesca en agosto, que siempre me ha venido muy bien, y la Copa Internacional de Suiza, antes del Mundial. Quizá llegue falto de competición, pero estoy seguro que lo haré en buena forma. Tengo un carácter de saber sufrir y con este tipo de experiencias sales más fortalecido, con más ganas que nunca de hacerlo bien».
Coloma no olvida «el gran trabajo que me hicieron en el Hospital de Molina, con los con los doctores Francisco Esperaza y Juan Francisco Abellán, que me están dando un gran trato profesional y personal. Pero también a mi familia, a mis amigos, a mi representante, Angel Buenache, y sobre todo a mi preparador físico, Jesús Ruiber, que se está volcando conmigo en estos días. Mi única meta en estos días es entrenar bien, hacer la rehabilitación, descansar y volver a entrenar. Y sé que si llego al Mundial será gracias a ellos».
Volviendo al Nacional, «he corrido de forma ininterrumpida desde 1997, diecisiete Campeonatos con doce o trece medallas. Es una prueba a la que tengo especial cariño». Por ello el sábado estará en Panticosa, como espectador, «animando a los compañeros de equipo». Sobre los pronósticos, reconoce que «tengo que tirar para casa, para Sergio (Mantecón), aunque con decir el nombre de Hermida todo está dicho. Y aunque Valero está a un gran nivel durante todo el año, pienso que será un mano a mano entre los dos”.