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Carlos Rodríguez © Ineos
Nicolás Van Looy / Ciclo21 – La Nucía (Alicante)
Basta con echar un vistazo a las redes sociales para comprobar que el Campeonato de España de La Nucía ha sido una apasionante jornada del ciclismo en la que el aficionado ha podido disfrutar de una carrera no sólo muy abierta sino, como tantas veces se reclama desde la cómoda posición del sofá, lanzada muy lejos de meta.
Además del de Omar Fraile, flamante y merecido campeón, los nombres más repetidos durante y después de la carrera han sido los de Pello Bilbao, el corredor que lo desató todo a falta de más de 50 kilómetros de la línea de meta y Carlos Rodríguez, 20 añitos de puro ciclismo que sigue creciendo a pasos agigantados y que, de otorgarse en la prueba de la RFEC, habría sido claro candidato al título de corredor más combativo.
Cuando Ineos-Grenadiers decidió incorporar al de Almuñecar a su estructura en 2020 lo hizo avisando de que nadie debía esperar de él gran cosa en los dos primeros años de su contrato de cuatro temporadas. La prioridad para La Perla Tropical del conjunto británico y para el propio Sir Dave Brailsford, que asumió la llegada del andaluz como una apuesta personal, era que Rodríguez aprendiera el oficio junto a algunos de los más grandes del pelotón internacional. Los objetivos y las exigencias vendrían más tarde. Quizás, ni siquiera en estos primeros cuatro años.
Pero Carlos Rodríguez es otro de esos jóvenes irreverentes que no saben de esperas ni de paciencia. Bronce en la prueba CRI de Busot y cuarto en la Vuelta a Andalucía, su paso por el Campeonato de España de La Nucía se saldó con un octavo puesto que, quizás –siempre es muy fácil analizar los errores una vez cometidos–, podría haber sido algo más de haber sabido dominar sus ansias en algún momento clave de la prueba.
Sonriente y satisfecho, Carlos Rodríguez comienza a sentir lo que es ser un corredor señalado y que porta el maillot del equipo Ineos-Grenadiers. Pocos ciclistas de 20 años concentran tantas peticiones de fotos y autógrafos como él tras cruzar la línea de meta de La Nucía.
No se ha llevado el título de campeón de España, pero si existiera, seguro que le darían el de gran animador de la carrera.
(Ríe) Gracias. Desde siempre me ha gustado correr al ataque y exhibiéndome. Al final, me han faltado las fuerzas y no he podido más, pero estoy muy contento con las sensaciones. Ha ganado alguien que se lo merece mucho como es Omar Fraile y me alegro mucho por él.
Analizar las carreras a posteriori, todo es muy fácil de analizar. Dicho esto, estando hoy sin compañeros de equipo, quizás se ha desgastado en exceso cuando lo más inteligente hubiese sido, en algunos puntos, dar mayor peso a equipos con más corredores.
Puede ser, pero es muy difícil verlo en plena carrera. Uno tiene que jugar sus bazas y yo pensaba que, si me metía en una fuga con un representante por equipo, quizás nos podíamos marchar por delante y jugármela con ellos en una pelea más reducida, pero finalmente no hemos podido encontrar ese buen acuerdo. Al final, hemos llegado en un grupo grande y lo hemos hecho lo mejor que hemos podido.
¿Cuál es su sensación tras su octavo puesto?
Estoy contento por cómo han ido las cosas. Quizás, como decía, si se hubiese desarrollado la carrera de otra manera, podría haber quedado más arriba, pero estoy contento.
Cuando usted y yo hablamos antes de su debut con Ineos el año pasado, me dijo que ni usted ni el equipo se planteaban, durante los primeros años, ningún objetivo más allá de aprender. ¿Aprende usted muy rápido o es que su evolución está yendo más rápido de lo que todos esperaban?
(Ríe) Estoy muy contento con cómo me están saliendo las cosas. ¿Si estoy rindiendo por encima o por debajo de lo esperado? Eso no lo sé. Para mi, lo más importante es que yo estoy contento con cómo estoy trabajando y con mi situación actual en el equipo. La verdad es que estoy muy cómodo aquí y ellos están también muy contentos conmigo. Espero que siga así de cara al futuro.
