El móvil de José Luis López Cerrón, presidente de la Real Federación Española de Ciclismo (RFEC) echa humo. El excorredor, extécnico y, quién sabe, si todavía amigo de Javier Mínguez, lleva colgado del dichoso aparato desde que a primera hora de la tarde se hiciese público que al seleccionador español le había llegado un burofax que, con la firma de Cerrón al pie, le comunicaba que el próximo día 31 de diciembre dejará de ser el máximo responsable de la selección elite.
Mínguez, que ya había asegurado poco después del Mundial de Innsbruck que no seguiría en el cargo si no se le mejoraban sus condiciones económicas, aseguraba hoy a Ciclo21 nadie se había puesto en contacto con él y que no había recibido oferta alguna de renovación, algo que no cuadra con la versión que el máximo responsable de la Federación explica a este medio. Cerrón se muestra algo sorprendido por el revuelo y asegura que “de verdad que no hay nada” extraordinario u oculto en la decisión. “Lo que ha pasado es que cuando acabó el mundial Mínguez vuelve antes para España y cuando yo regreso me encuentro con las declaraciones que ha hecho diciendo que por ese sueldo él no puede continuar y me sorprendo de que sin hablar conmigo haya dicho eso”.
Cerrón explica que, al conocer esas manifestaciones, “en el primer momento que estuve por Valladolid estuvimos juntos y nos tomamos un café y yo ya le dije que lo tenía muy difícil porque tenemos un plan de viabilidad con un control de finanzas que lo va a hacer imposible [subir el sueldo del seleccionador]”.
El presidente de la RFEC no niega que las condiciones económicas con las que ha trabajado Mínguez no estén, por decirlo de algún modo, a precio de mercado, pero insiste en que “hay que tener en cuenta que yo tengo ocho seleccionadores, médicos, técnicos, masajistas… A todos los que estaban se les bajó el sueldo cuando llegué yo y a los que han venido después se les puso un sueldo paupérrimo, pero eso es lo que hay ahora mismo. A mí también me gustaría tener el sueldo que tienen otros presidentes”.
Tras esa primera toma de contacto con el seleccionador, Cerrón explica que “tuvimos la reunión de la Junta Directiva y la Comisión Delegada y se acordó seguir la misma política. Esa reunión fue un viernes y yo quedé con Javier el miércoles y le dije: mira Javier, nosotros ahora mismo no podemos aumentarte el sueldo. Te queremos renovar, pero no podemos mejorar las condiciones. Él entonces me dijo que, como ya había dicho públicamente, por ese dinero no iba a seguir. Él no quiso dar su brazo a torcer y no me dejó ninguna opción. Esa es la historia. No hay más”.
En cuanto a la frialdad de la comunicación del cese, Cerrón justifica el método diciendo que “el tema de la carta [el burofax] es porque en los contratos, en todos, está estipulado que cuando no se va a renovar se debe avisar con un mes de antelación”.
Preguntado de nuevo por esas manifestaciones de Mínguez a Ciclo21 en las que asegura que la RFEC no le hizo oferta alguna de renovación, Cerrón lo niega e insiste en que “yo tuve una reunión con él. La del miércoles que te digo. Me puedes creer o no. Le dije que no podía subirle el sueldo y su respuesta fue que por ese dinero no seguía. Esa fue su respuesta. ¿Qué no se le hizo la oferta por escrito? Pues no, no se le hizo; pero insisto: hablé con él el miércoles después de la reunión de la Junta Directiva. Ya le dije que con esa respuesta no me dejaba ninguna opción. Es tu problema, esa fue su respuesta”.
Lo que parece innegable, por el tono de voz de los dos protagonistas de esta historia, es que este puede ser un punto de no retorno en una relación de amistad que se remonta a muchas décadas atrás. Cuestionado sobre si algo se ha roto de forma definitiva entre ellos, Cerrón asegura que “no sé decirte. Cuando esté con él y lo vea hablaré con él. Por mi parte, espero que no porque son muchos años. Ahora son momentos complicados. Para mí es una situación dolorosa y que no me gusta nada, pero es lo que hay. Es un tema simplemente económico. Nosotros no podemos subirle el dinero y él no quiere seguir por esa cantidad. No hay más”.
Momparler, el primero en la lista de llamadas
Cerrón asegura que todavía no se ha planteado en profundidad el nombre del sustituto de Mínguez al frente del combinado nacional, pero sí adelanta que “puedo decir dos cosas. Por un lado, que cuando Mínguez hizo aquellas declaraciones hubo gente que me llamó y se ofreció para, en caso de que Mínguez no siguiese, ocupar el cargo. Por otro lado, yo, con Pascual Momparler no había hablado del tema, pero le he llamado hace media hora y le he dicho: Pascual, antes de hacer nada quiero hablar contigo. Él es un técnico de la casa que ha trabajado con Mínguez y conoce bien a los corredores. Ya le he dicho que no es el momento ni la forma y no es algo que sea urgente, pero que antes de hacer nada quiero hablar con él. Por su parte, me ha agradecido la llamada y hemos quedado en que nos sentaremos y cada uno expondrá sus ideas y condiciones”.
En cualquier caso, el presidente de la RFEC no quiere confirmar que el técnico valenciano sea su primera opción. “Lo que digo es que, por deferencia, es el primero con el que tengo que hablar. Lleva desde el principio de mi mandato conmigo y ha trabajado con Javier Mínguez. Lo que le he dicho es que hablaremos. Y eso haremos”.
Aunque Cerrón insiste en que todo se reduce a una cuestión económica, no se puede negar que la figura del seleccionador había despertado no pocas críticas en las últimas fechas. Unas críticas que, como suele ocurrir con estos cargos, quedaron aplacadas por el oro mundialista de Valverde. Cuestionado sobre si, además de la justificación económica, podría haber llegado, tras el oro de un corredor de 38 años, el momento de afrontar un cambio de ciclo tanto en el ámbito de los corredores como en el del técnico, Cerrón niega ese extremo. “No. No nos hemos planteado esa cuestión. En ningún momento. Yo, cuando le renové tácitamente allí [en Innsbruck], ya lo dije: quería que siguiese incluso cuando, antes del mundial, hubo muchas voces diciendo que había que cambiar de seleccionador porque era muy mayor o porque necesitábamos algo más moderno”.
En cuanto a la reacción de los corredores más habituales del combinado nacional, el presidente de la RFEC asegura que “ningún corredor me ha llamado. Ni ahora, ni antes de tomar la decisión. Ni para bien ni para mal”.