Chad Haga: “Montar en bici es sinónimo de ser feliz”

Chad Haga nos da una auténtica lección de vida en esta entrevista @Giant-Alpecin

Nicolás Van Looy / Ciclo21

“Lo siento, pero Chad todavía está bastante fastidiado. No creemos que sea conveniente que, por el momento, hable demasiado con la prensa”. El razonamiento del personal de prensa del Giant-Alpecin era, a la vista de las fotos que el propio corredor había colgado en su perfil de Instagram, algo que resultaba evidente. En la mayoría de las ocasiones, incluso después de caídas terribles, el periodista no siente absolutamente ningún remordimiento a la hora de pedirle a un ciclista que abandone su descanso para contestar a sus preguntas y, cuando recibe una negativa más o menos edulcorada como respuesta por parte de los compañeros que están al otro lado de la barrera, siempre cae algún juramento o algún recuerdo para familiares más o menos cercanos del encargado de dejar al plumilla con las ganas. En esta ocasión, sin embargo –y sorprendentemente–, de esa disculpa sólo destilaba sinceridad. Nada que objetar. O sí… ¿y si le mando las preguntas por email? Al fin y al cabo, hace ya algunos días que está activo en Twitter y hoy ha anunciado que abandona el hospital de San Juan para poner rumbo a casa. A Girona. “Veremos qué podemos hacer”. En otras palabras, la antesala del no. Pero, de nuevo sorprendentemente, llegó el sí. “Prepara un cuestionario y se lo haremos llegar a Chad”.

Y así se fraguó, con entendimiento por ambas partes de las limitaciones y las expectativas del otro, la entrevista en exclusiva que Chad Haga, uno de los corredores peor parados del accidente sufrido por seis ciclistas del Giant-Alpecin durante su concentración en Calpe, ha concedido a Ciclo 21. No contamos, en esta ocasión, con la interacción y la información que siempre dan las inflexiones de voz, las miradas, los movimientos, las manos… pero tenemos su testiomonio. El de un corredor que el pasado día 23 de enero podría haberse quedado en el asfalto cercano a Benigembla. El de un corredor, por si ustedes no lo sabían, que comenzó a tocar el piano a los diez años y que sigue tocando cada vez que puede. En su casa de Girona sólo cuenta «con un teclado para mantener mis habilidades en forma para cuando encuentro un buen piano en un hotel«. Para el americano, el piano es «una válvula de escapa del ciclismo. Puede ser en plena carrera, para tener la mente ocupada con otra cosa que no sean sólo las etapas o simplemente, para mantenerme ocupado cuando estoy en Girona fuera de competición. Algo en lo que invertir mi energía y no estar todo el tiempo delante de la tele o del ordenador«.

Resultaba interesante conocer un poco más al americano por dos motivos. Primero, por el evidente interés informativo que representa conocer de primera mano las sensaciones e impresiones de un corredor que ha estado tan cerca de perder la vida y, segundo, por la gran curiosidad que despierta un tipo que, todavía ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Universitario de San Juan (Alicante), enviaba mensajes de Twitter llenos de humor y optimismo. “Esperaba que un vuelo en helicóptero fuera algo más divertido que eso. ¡Deben de tener un gran encargado de márketing!”, decía después de tener que ser aerotransportado desde aquella carretera a un quirófano alicantino. “Sea quien sea el que dijo que hay que ir de cara por la vida es un idiota. En serio, no lo hagáis”, era otro de sus primeros mensajes en la red social, todavía pendiente de si tendría que volver a pasar por el quirófano para reducir la inflamación de la órbita de su ojo debido a la fractura craneal. Unos mensajes que, por supuesto, le lanzaron al estrellato del tuiterío ciclista. “Debe de haber alguna manera más sencilla de sumar followers. Debo de estudiar eso” reaccionaba a ese aumento en su número de seguidores. Y sí, la hay. Su cuenta, por si ustedes no la tienen en su radar, es @ChadHaga.

-Los tuits que he mencionado antes son sólo un ejemplo de los que estuvo enviando en esos primeros momentos en los que todos volvimos a saber de usted mientras estaba en la UCI. ¿Realmente estaba de tan buen humor o sencillamente estaba ‘actuando’ para calmar a sus familiares y amigos en los Estados Unidos?

-La UCI no fue una experiencia divertida, pero estaba feliz por estar vivo y, dentro de lo que cabe, sin heridas de gravedad. Soy una persona que piensa que se puede afrontar todo con humor. La mayoría de las cosas. Incluso, situaciones terribles como la mía. Además, el tiempo transcurre más rápido si buscas, encuentras y te fijas en las cosas divertidas. También era una manera de comunicarme con mis amigos, mi familia y los aficionados y hacerles ver que me encontraba bien.

Chad Haga junto a su prometida @Instagram

-Usted vive en Girona, es decir, muy lejos de su casa y de su gente más cercana. ¿Le ha enseñado algo pasar por una experiencia así tan lejos de casa?

-He pasado por momentos muy duros estando lejos de mi familia antes de esto. Mi padre lleva luchando contra un cáncer de pulmón durante los últimos cinco años. Esta vez, era yo el que sufría y, sí, eché mucho en falta a mi familia. Pero esto ha servido para ver cómo mi familia, mis amigos y mi equipo se organizaban para conseguir que pudieran venir mi hermano y mi prometida hasta España para ayudarme con mi recuperación.

-Antes del accidente, ¿cuáles eran sus objetivos para la temporada 2016?

-Todavía estábamos estableciendo los objetivos más específicos, pero en líneas generales estaba muy ilusionado por empezar a correr. Mis sensaciones personales son las de que estaba a un nivel superior al que nunca había tenido antes. En cualquier caso, eso es pasado y ahora mi principal objetivo pasa por recuperar completamente mi salud y, entonces, volver al nivel al que estaba antes de la carrera.

-Soy consciente de que, seguramente, esto no le guste, pero debo preguntarle sobre el momento del accidente. ¿Puede contarme, en sus propias palabras, qué recuerda de los momentos inmediatamente anteriores y posteriores al impacto?

-Realmente, no recuerdo mucho del accidente. Habíamos terminado nuestros entrenamientos específicos de sprint y estábamos rodando de vuelta hacia el hotel por una carretera que ya habíamos recorrido muchas veces antes. La carretera giraba ligeramente a la izquierda. Sólo recuerdo ver venir a un coche, un todocamino, por nuestro carril y un momento de confusión sobre qué debíamos de hacer. Recuerdo preguntarme a mí mismo si estábamos ante un bromista perturbado queriendo asustarnos, alguien pendiente de su móvil que giraría en el último momento o si era algo que iba a pasar de manera inminente. Recuerdo la sensación que tuve justo antes del impacto, justo el momento en el que me di cuenta de que aquello iba a pasar.  No recuerdo el momento del impacto y sólo tengo unos pocos segundos de memoria sobre lo que ocurrió después. Estaba en el suelo intentando alcanzar la mano de Ramon [Sinkeldam, el hombre que aseguró haber “tenido la suerte de estar inconsciente”] y su mirada vacía fija en mí. Luego, recuerdo estar despegando dentro del helicóptero mientras las manos de alguien presionaban mi cuello de una forma muy dolorosa.(*)

-En otro de sus mensajes de Twitter, ha dicho que ya ha pedaleado un poco en una bicicleta estática. ¿Cómo sienta emocionalmente volver a dar unas pedaladas tras una experiencia así?

-Estoy muy contento por haber podido subir de nuevo a una bicicleta. Siempre me ha gustado muchísimo montar en bicicleta y para mí esto no es únicamente un trabajo. Montar en bicicleta es sinónimo de ser feliz. Me sentí bien y creo que es una buena prueba de que mi recuperación va por buen camino. De que estoy recuperándome bien, aunque sólo ha sido un poco de bici estática en el interior. Quizás mi reacción sea distinta cuando tenga que enfrentarme de nuevo al tráfico, pero eso es algo que sólo el tiempo puede responder.

Ya ha comenzado a pedalear ©Instagram

-Ahora que ha pasado el tiempo y ha podido pensar y analizar todo lo ocurrido y reflexionar sobre lo que podría haber pasado, ¿cómo se siente? ¿desgraciado por haber tenido que verse involucrado en un accidente de esta magnitud o feliz por el hecho de seguir vivo?

-Realmente, tengo sensaciones encontradas a ese respecto. Por un lado, desgraciado por haber tenido este accidente, pero muy afortunado por haber salido de él con heridas que, relativamente, podríamos decir que son menores. Me estrellé con la cara por delante contra un coche en marcha y sólo me he roto un hueso mejor en la cara y me he hecho algunas heridas que se están curando rápidamente. ¡No he tenido ni una conmoción o un diente roto! Así pues, en lugar de preguntarme por qué nos ha pasado esto a mi y a mis amigos, me siento agradecido porque todos nos vamos a recuperar y podremos centrarnos en el camino que tenemos por delante.

-Vuelvo a su Twitter. Me impresionó su siguiente mensaje: “Estoy cruzando la calle sin mirar. Me han dicho que los accidentes de tráfico son como la varicela. Tras pasarlo una vez, eres inmune”. Le repito: felicidades por su sentido del humor en momentos así, pero, ahora hábleme en serio. ¿Además de los físicos, que son evidentes, cree que ha podido sufrir algún daño psicológico tras el accidente? Me explico, ¿cree que será capaz de volver a subirse a la bicicleta con la misma confianza que antes?

-Sinceramente, no estoy seguro de los efectos que podrá tener el accidente a nivel psicológico. Eso será algo que comenzaré a comprobar una vez que pueda salir con la bicicleta a la calle, pero soy optimista y creo que no debería de haber ninguna secuela a largo plazo porque, como te he dicho antes, no tengo muchos recuerdos del momento del accidente. Es como si mi cabeza hubiera bloqueado esos recuerdos de forma intencionada. Creo que volveré a alcanzar el mismo nivel mental que antes del accidente, aunque siempre seré algo más precavido en los entrenamientos. Aunque este ha sido un accidente muy poco común, te puedo decir que ¡los coches son dolorosos y no quiero volver a pasar por esto!