La Vuelta España evidencia que en el ciclismo española prima la calidad.
No hace tanto que acabó la Vuelta para agarrarnos a la realidad que queremos para el ciclismo español, una realidad que se basa en la calidad y no en la cantidad, algo nuevo a este lado de los Pirineos.
No hay que irse muy lejos para ver lo que ha sido el ciclismo en España en las grandes vueltas. Mirad varias clasificaciones del Tour de Francia, siempre con un interesante número de banderitas rojigualdas en el top ten.
Años de Chozas, Perico, Lejarreta e Indurain, a los que les siguieron los de Beloki, Igor González de Galdeano, Sevilla o Mancebo, o los no tan lejanos de Purito, Valverde, Sastre, Samuel y Contador.
La cantidad trae calidad, se dice en las escuelas desde tiempo inmemoriales. Ahora cabe darle la vuelta al paradigma, se busca calidad entre lo que haya que, como estamos viendo en las categorías más jóvenes de los mundiales, no es mucho.
El surgimiento de Carlos Rodríguez y Juan Ayuso en la Vuelta a España ha calmado los nervios por el puto relevo y los titulares, pero rascar debajo de ellos, demuestra que el ciclismo español sigue adoleciendo de los mismos problemas que hace dos o tres años, cuando estos dos corredores eran un prometedor proyecto.
Artículo completo en El Cuaderno de Joan Seguidor