CX 2016-2017: Van der Poel vence, Van Aert convence

Van der Poel, más irregular, ha sido el hombre con más triunfos este invierno / © Belga

Nicolás Van Looy / Ciclo21

Se terminó. ¡Por fin!, dirán algunos. El invierno –ya saben que en el ciclismo las estaciones no coinciden necesariamente con las astronómicas– se despide después de unos meses en los que el nivel de tensión ha sido el más intenso en muchísimo tiempo y en el que, quizás más importante si queremos mirarnos un poco el ombligo –ahora que podemos hacerlo–, el ciclocross español están dando claras e importantes muestras de tener un futuro más que brillante por delante. El que nos ha llevado de 2016 a 2017 ha sido un invierno intenso en todos los frentes. Un invierno de batallas descomunales. De reapariciones prodigiosas. De lesiones. De aspiraciones frustradas. De fichajes gafados. Ha sido, en definitiva, todo lo que el aficionado espera de una temporada de ciclocross: pura pasión sin un minuto para el descanso.

Mundial, nacional, Copa del Mundo, Trofeo DVV, número 1 en el ranking de la UCI y un total de 16 triunfos –por los 18 del año pasado– parecen un balance más que positivo para un Wout Van Aert al que, visto así, sólo se le escapó el triunfo en el Trofeo Superprestigio y el campeonato de Europa, un trofeo considerado todavía menor y que no suele ser muy tenido en cuenta, por el momento, a la hora de hacer balances. Sin embargo, el belga no cierra este capítulo de su historia dando la sensación de ser el absoluto dominador de la especialidad. Es cierto que según vaya pasando el tiempo y los detalles se vayan diluyendo, la memoria colectiva sólo será capaz de recordar los números redondos. Eso es algo que Mathieu van der Poel, el otro gran monstruo del barro sabía perfectamente aquella tarde en Bieles cuando nada ni nadie podía consolar sus lágrimas. Sin embargo ahora, con los últimos sonidos del fragor de la batalla todavía resonando en los tímpanos de todos, los 22 triunfos de Van der Poel y, sobre todo, el apabullante parcial que muestra cómo en las 29 ocasiones en las que ambos se han enfrentado en esta temporada, Van der Poel ha terminado 21 veces por delante de un Van Aert que sólo ha vencido esa batalla en ocho ocasiones y que, por lo menos, consiguió, en la última ocasión posible, el Sluitingsprijs [literalmente, el Premio de Cierre N.d.A.] de Oostmalle, honrar su nuevo maillot arcoíris con un triunfo después de permanecer inédito desde Bieles.

Y sin embargo, pese a esa diferencia de triunfos en la pelea individual a favor de Van der Poel, es Wout Van Aert el que, de forma tremendamente holgada, encabeza el ranking de ganancias económicas (dinero ingresado por premios) con un total de 136.697 euros frente a los 81.753 de Van der Poel (ver tabla detallada más abajo)

Muchas dudas, ninguna certeza

Van Aert acabó como el número 1 / © Belga

Se terminó el invierno, decíamos, con las mismas certezas y dudas que nos presentaba en su inicio. Ha pasado toda una temporada de ciclocross y seguimos sin tener claro quién de los dos es el dominador de la especialidad, pero esa necesidad, instalada en el imaginario colectivo por la necesidad de encontrar al heredero de Sven Nys, es tan absurda como inútil. El ciclocross no necesita un dominador. El ciclocross, como cualquier otro deporte, lo que necesita es tener, al menos, a dos grandes atletas que, dando lo máximo cada fin de semana, lleven el nivel de la competencia a niveles incompatibles con las dolencias cardiacas de los aficionados. No sabemos si Van der Poel es mejor que Van Aert o viceversa, pero maldita la falta que nos hace. Lo que sí sabemos, y aquí está la hemeroteca para comprobarlo, es que hemos pasado uno de los inviernos más intensos e interesantes de las últimas dos décadas. Porque Sven Nys hizo mucho por este deporte y eso es innegable. Sven Nys llenó los circuitos como nunca nadie lo había hecho y eso es indiscutible. Sven Nys elevó el nivel de profesionalismo del ciclocross a cotas impensables a mediados de los años 90 y eso es incuestionable. Pero Sven Nys o, mejor dicho, la era Nys era aburrida. Y eso, nos guste más o menos el Caníbal de Baal, es incontestable.

Ahora las carreras no es que sean menos aburridas. Es que son, sencillamente, espectaculares. Quizás ese sea el motivo por el que los hemos visto a ambos especialmente tensos, malhumorados y dispuestos a entrar en cualquier charco a la menor oportunidad. Tanto Van der Poel como Van Aert llevan desde septiembre, cuando comienza el invierno de seis meses para el ciclismo, llevándose al más absoluto límite físico y mental cada vez que se suben a una bicicleta y eso, claro está, les ha hecho llegar a estos días de febrero absolutamente devastados en cuerpo y alma. No han ayudado mucho sus entornos a mantener las aguas tranquilas. Niels Albert, que ha trascendido el papel de entrenador y se ha convertido en una suerte de Pepito Grillo de Van Aert, ha asumido el rol de agitador y a través de su columna semanal en uno de los rotativos más leídos de su país y dando jugosos titulares cada vez que le han puesto un micrófono delante ha intentado minar la moral de los oponentes de su pupilo.

Pauwels, el mejor del resto

Pauwels estuvo cerca de los dos dominadores / © Facebook K. Pauwels

Todo cuenta, decíamos, en la pelea de estos dos hombres que han visto como sus rivales se han ido turnando en el papel de ser el tercer hombre. Kevin Pauwels ha sido el hombre más regular entre los mortales. El belga del Marlux Napoleon Games no ha ganado ninguna carrera en todo el invierno, pero se ha convertido en un habitual del podio. En total, el de Ekeren se ha subido 15 veces al podio, algo que a punto ha estado de convertirle en el número dos del mundo, un puesto que le arrebató Van der Poel hace poco más de una semana.

Hay un nombre que está en la mente de todos y ese es el del holandés Lars van der Haar. Aterrizado en el Telenet-Fidea Lions para ser su nuevo gran jefe de filas, las lesiones le han mermado enormemente esta temporada, pero pese a todo sus tres triunfos, incluida la prueba de la Copa del Mundo en Hoogerheide (con Van Aert ausente y Van der Poel desconectado desde las primeras vueltas) y su cuarto puesto en el mundial (toda una heroicidad teniendo en cuenta de dónde venía) vuelven a situar al pequeño corredor neerlandés como el gran aspirante, a poco que pueda encontrar la tan deseada regularidad, a ser el más claro y potente rival de los dos tiranos.

Más o menos en ese mismo peldaño encontramos a un Toon Aerts que se dejó el hombro contra un árbol en Fiuggi y, de paso, cualquier opción de pelear por unificar su título de campeón de Europa con el trono mundial. El belga sumó tres triunfos este invierno y cuando su temporada llegó al inesperado y dramático final, estaba dando muestras muy esperanzadoras de cara a la cita de Bieles. A sus 24 años Aerts ha conocido, seguramente, su mejor temporada hasta la fecha y eso es algo que, como en el caso de Van der Haar (26 años) debe de suponer un aliciente inmejorable de cara a la próxima temporada.

Corné Van Kessel, Laurens Sweeck, Michael Vanthourenhout, Tom Meeusen… son los otros nombres. Corredores que siempre están ahí, pero que no consiguen rematar de manera convincente. Hombres que alternan grandes tardes con días para olvidar y que, por lo tanto, deberán de concentrarse en mejorar un poco más para poder ser serios aspirantes a pelear los grandes objetivos.

Vos, el regreso de la reina

Marianne Vos regresó a lo grande / © Instagram M. Vos

La campaña en el apartado femenina ha sido igual de eléctrica, pero centrados como hemos estado en la intensa rivalidad entre Van Aert y Van der Poel, el más amplio elenco de ganadoras que nos ofrece el pelotón femenino ha diluido un tanto esa sensación de intensidad que sí ha tenido la competición masculina.

La buena noticia, en cualquier caso, es que todos los organizadores parecen estar dando pasos, por fin, hacia la tan necesaria y merecida igualdad entre las dos categorías. Todavía queda mucho por recorrer y seguro que las cosas se pueden hacer más rápido, ya existe el consenso y el compromiso de alcanzar, más pronto que tarde, la igualdad total que, evidentemente, se traduce en la equiparación de premios entre unos y otras.

A la espera de que eso suceda y de que el año que viene se dé un paso más en esa dirección, toca ahora echar la vista atrás y repasar lo sucedido en un invierno que, a su vez, debe de ser analizado en dos épocas: antes y después de Vos. El 23 de diciembre de 2016 fue, qué duda cabe, la fecha que marcó, para bien o para mal, la temporada de ciclocross femenina. Fue ese día, en Diegem, cuando la holandesa, que había puesto fin a un larguísimo periodo de ausencia sólo una semana antes, se hizo con el primero de los ocho triunfos (3 de 3 en la Copa del Mundo) que ha sumado este año.

Cuando Vos volvió demostró que lo hacía retomando su historia allá donde la dejó: siendo la rival a batir, algo se removió en las entrañas de sus principales rivales. Sophie De Boer y Thalita De Jong se toparon, de repente, con una gran rival de cara a la capitanía del combinado neerlandés y el resto, o sea, las Cant, Nash, Compton, Van Loy, Noble… con una pesadilla que pronto se tornó, como en aquellas películas de terror de los 80, en una terrible realidad.

Sólo su tardía llegada a este circo evitó que Vos se erigiera, de nuevo, en la gran reina de los circuitos. Su dominio fue insultante, pero sorprendentemente falló el único día en el que no podía hacerlo: el mundial. Es verdad que, como le sucedería ese fin de semana a varios –que se lo pregunten a Van der Poel, Meeusen o a nuestros Cullell y Feijoo–, Vos se vio muy perjudicada por una avería, pero a la holandesa le pudo la presión de saber que se jugaba la temporada a una carta: o su octavo arcoíris o la nada. Y finalmente, fue la nada.

España ante su gran oportunidad

Orts consiguió una plata histórica en Bieles / © UCI

La medalla de plata de Felipe Orts en el mundial sub 23 fue, qué duda cabe, el momento cumbre de un año que, quién sabe, podría haber sido realmente histórico a poco que Jofre Cullell e Iván Feijoo hubiesen podido esquivar a la mala suerte en la primera curva del congelado circuito de Bieles.

El alicantino, que no ha podido mantener el nivel mostrado en la cita mundialista durante el resto de su campaña internacional, se despide de la categoría de plata del ciclocross con un subcampeonato del mundo que deberá de hacer valer para entrar en la Elite con un nombre labrado y mirando a sus rivales a la cara. Sin esa sensación de patito feo que tradicionalmente ha tenido el ciclocross de nuestro país a la hora de compararse al de las grandes potencias.

Si la REFEC, instituciones, empresas o equipos deben de apoyar más o menos a la especialidad invernal es algo que ya tratamos y que no es objeto de este análisis, pero sí que lo es constatar que nos encontramos ante la que puede ser la mejor oportunidad del ciclismo invernal español en toda su historia.

Orts será Elite cuando se inicie la próxima campaña y su puesto en sub 23 deberá de ser cubierto por los sensacionales Jofre Cullell (10º en el ránking UCI) e Iván Feijoo (19º en esa clasificación) que, eso sí, deberán de ir pensando en tomar la decisión, como hace tiempo que la tomó Orts, de si sus pasos –pedaladas– van a seguir el camino del ciclocross o del BTT.

Ha sido una temporada de ensueño. Ha habido podios en pruebas internacionales y un subcampeonato del mundo, sí; pero haríamos muy mal si pensáramos que, como en su momento le sucedió a Óscar Freire en la ruta, a nuestros jóvenes talentos les van a llover las ofertas para engrosar las filas de los Telenet-Fidea Lions, Beobank Corendon, Marlox Napoleon Games y demás estructuras con clara vocación crossista.

Al cántabro –que en su momento se vio en una situación parecida a la que hoy en día se puede estar viendo Orts– le tocó tomar una decisión complicada únicamente en lo sentimental. En aquel momento se habló de que un gran equipo español quería apostar por construir un bloque de clásicas alrededor del de Torrelavega, pero lo que Mapei ponía sobre la mesa era, sencillamente, irrechazable. Freire, campeón del mundo Elite y un tipo con una clase descomunal, estaba muy por encima, en su especialidad, de lo que pueden estar, a día de hoy, nuestros jóvenes crossistas, pero la situación puede ser similar. Freire abrió camino y gracias a él tuvimos, más tarde, una pequeña –pero enorme en calidad– legión de clasicómanos a la que sólo le faltó el convencimiento de los equipos de nuestro país para, de una vez por todas, romper ese techo de cristal que sufre España en las carreras de un día.

Predecir a estas alturas dónde estará Felipe Orts es tan complicado como lo sería injusto depositar todas las esperanzas de la evolución de la especialidad sobre sus hombros. ¿Le valdrá al alicantino esa plata de Bieles un hueco en una estructura fuera de España? Complicado. Muy complicado. Y eso, en realidad, es triste porque no es más que el reflejo de la terrible endogamia que encorseta un deporte secuestrado por belgas y holandeses; pero también es triste porque refleja el terrible panorama español en el que a la falta de equipos (un World Tour, un continental profesional y dos continentales) se suma el desesperante ninguneo al que el ciclocross se ve sometido por parte de todos y cada uno de ellos que, ojalá me equivoque, no tendrá ni un hueco para todo un subcampeón del mundo.

CLASIFICACIONES, RESULTADOS Y ESTADÍSTICAS

Clasificaciones de todas las pruebas de la temporada

Copa del Mundo

(*) Clasificación general final completa haciendo click sobre cada ganador

Trofeo Superprestigio

(*) Clasificación general final completa haciendo click sobre cada ganador

Trofeo DVV Verzekeringen

(*) Clasificación general final completa haciendo click sobre cada ganador

Campeonato del Mundo

Enfrentamientos directos Van der Poel – Van Aert

Ingresos por premios Van Aert-Van der Poel

Fuente: Het Nieuwsblad