“Después de más de 21 años de carrera deportiva activa y 16 años de moverme como profesional del ciclismo, es hora de decir adiós. Hoy anuncio mi retirada del deporte internacional, una decisión que me entristece por un lado, ya que siempre he quemado 365 días al año por ello, pero todavía me llena de gratitud”.
Con estas palabras en su página de Facebook el pistard suizo Claudio Imhof anunciaba su retirada, a los 34 años, para relatar sus innumerables éxitos en su carrera deportiva, que incluyen el triunfo en la UCI Track Champions League 2022, la medalla de bronce en el Mundial de 2016 en el scratch, y siete más en distintos Campeonatos de Europa, aunque también recuerda “con orgullo llevar la camiseta de líder del premio de montaña en la Vuelta a Suiza”
“A lo largo de los años, se me ha permitido celebrar no sólo logros atléticos, sino también desarrollar un carácter de personalidad caracterizado por el respeto. Especialmente satisfactorios para mí son los momentos en los que he podido compartir mis experiencias con atletas más jóvenes. Promover el talento y acercar a los jóvenes atletas al ciclismo en pista siempre ha sido una cuestión de mi corazón. Cada etapa, cada competición me ha formado en la persona que soy hoy”.
En su mensaje, Imhof también tiene un recuerdo para su grave accidente saldado con un traumatismo craneal en 2022. “Durante meses luché por mi recuperación, apoyado por ayuda médica profesional. Mi mayor fortaleza siempre ha sido: nunca rendirme. Sin esta voluntad inquebrantable, nunca habría vuelto a la cima”. Una carrera que no tuvo la guinda de acudir a los Juegos Olímpicos, quedándose incomprensiblemente fuera del equipo que acudió a Tokio 2021.
Sobre su futuro, indica que “con el mismo entusiasmo que tenía por las carreras, empezaré a entrenar y pronto dirigiré yo mismo”, y que no abandonará la pista del todo. “Si el entrenamiento lo permite, probablemente me verán en las carreras de Zurich-Oerlikon el próximo verano».
Y termina mostrando “mi más profunda gratitud a mi familia, mi querida Marie-Lise, a mis amigos más cercanos y a mi entrenador por mucho tiempo Bruno Diethelm. Sin tu incansable apoyo, este camino no habría sido posible. Gracias también a todos los fans y seguidores que me han acompañado todos estos años. El ciclismo siempre será parte de mí – en mi corazón, en mis recuerdos-. Pero ahora, estoy deseando explorar nuevos caminos, vivir nuevos sueños y seguir con la misma pasión que he estado corriendo”