Col du Tourmalet: ¿Qué vertiente es más dura?

La mítica cima

El Tourmalet, dos mil metros y dos vertientes casi idénticas

¿Quiénes de vosotros, amigos cicloturistas de digno currículum, no tiene todavía una foto en su cima posando junto al Ciclista plateado?

Y cómo presumís de ella, ¿verdad?

De aquella memorable ascensión al coloso que cambió por completo la historia del Tour, del ciclismo y la montaña.

¿Tantos años hace ya?

Pronunciar el nombre de este paso en pleno Pirineo francés, o escribir la palabra Tourmalet, delante de los amantes al ciclismo, sean practicantes o no, ya causa por sí sola pasiones desatadas, sobre todo entre bisoños aficionados que aún puedan pensar que es lo más duro que se puede ascender en bicicleta.

Hablar de este monumento del ciclismo nos hace invocar a la épica y al mito, a la tradición y a la epopeya, que es ciertamente decir mucho, porque la leyenda pesa toneladas, una cima memorable, exaltada desde 1910, año que el Tour, de la mano de Desgrange y una mentirijilla de Steinés, lo descubriera para goce de este deporte, ocupando un lugar honorable, quizás el que más, en la historia del ciclismo. Como curiosidad pocas veces ha sido estación término, siendo la mayoría de ocasiones puerto de paso para alcanzar otras grandes cumbres de fábula.

Tourmalet desde un lado u otro

Bien si lo habéis grimpado por su vertiente de Luz-St.Sauveur o bien por la de Saint-Marie de Campan, habrán sido muchos kilómetros de exigente Hors Catégorie, sin poder determinar aún, a estas alturas, cuál de ellas es más dura: el debate eterno.

Durante estos más de 30 años subido a una bici, y más de 15 de mi primera ascensión a este puerto legendario, como imaginaréis, he conocido muchísimos cicloturistas que han alcanzado el dulce sabor de la gloria allí arriba, a 2115 metros de altitud, subiéndolo por ambos lados, sufriéndolo y disfrutándolo a partes iguales.

Con ellos pude  debatir y opinar sobre qué vertiente les pareció más exigente, si la Este o la Oeste.

Los comentarios, de lo más variopintos, fueron argumentados por muchos y variados motivos.

Y es que ya sabemos que para gustos, los colores, y para dulce sufrimiento, los puertos, y más si se tratan de colosos como Monsieur Tourmalet.

Pero la duda sigue estando ahí.

A algunos, les pareció más dura la vertiente Oeste, la de Luz-St. Sauveur, porque sus pendientes son más exigentes y más irregulares, a diferencia de la Este, la de Saint-Marie de Campan, que a pesar de tener unos kilómetros duros parece que son muchos los que piensan que así se “regulan” mejor.

Otros, sin embargo, apuestan sin duda por la dureza de la vertiente Este, donde la encuentran más concentrada, casi sin descansos, porque por la Oeste se les ha hecho más asequible porque sólo su final es verdaderamente exigente.

Además algunos argumentan con razón, que si atacas su lado Este, es que normalmente vienes de ascender otros puertos, como puede ser el Aspin, por ejemplo.

Hay quien comenta, y se quedan  tan panchos, que el costado Este es más duro por su tramo final, pero que el Oeste es más exigente a lo largo de todo el recorrido, con lo que nos quedamos igual y no nos aclara para nada su experiencia vivida.

Pero echemos mano de los números, a ver qué nos dicen.

Artículo completo de Jordi Escrihuela en El Cuaderno de Joan Seguidor

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