Como todas las familias del ciclismo, la Unión Europea de Ciclismo (UEC) fue informada de la existencia de un fraude tecnológico en virtud del Reglamento de la Unión Ciclista Internacional, tras los controles realizados en las bicicletas tras la prueba femenina para menores de 23 años en los Campeonatos del Mundo de Ciclocross UCI que tuvieron lugar el pasado 30 de enero.
Este suceso dramático para nuestra disciplina deportiva supone un duro revés a su credibilidad, y nos recuerda sin cesar que los organismos deben estar atentos ante la existencia de cualquier forma de fraude, tanto químico como tecnológico, y que deben mostrarse intransigentes respecto a la defensa de los intereses del ciclismo.
Lo que salió a la luz el pasado 30 de enero de 2016 debe generar reacciones contundentes, eficientes y rápidas por parte del conjunto de las familias del ciclismo y, en particular, de los organismos dirigentes.
De esta forma, y habida cuenta de que la deportista incriminada es campeona de Europa Promesas en ciclocross, la Unión Europea de Ciclismo, teniendo en cuenta el daño considerable que este asunto inflige al ciclismo en general, y al ciclismo europeo en particular, ha decidido confiar a un consejo especializado el estudio de cualquier acción judicial posible para reclamar este daño y solicitar una reparación a quien corresponda.
Aunque la deportista deberá sin duda responder de la infracción constada ante los órganos disciplinarios de la Unión Ciclista Internacional, huelga decir que la acción entablada tendrá como finalidad actualizar el proceso seguido para realizar fraudes de este tipo, los medios necesarios para ello y, sobre todo, determinar la complicidad necesaria para la comisión de una infracción reglamentaria de este tipo.
En las próximas semanas, la Unión Europea de Ciclismo pedirá a la Unión Ciclista Internacional que acentúe considerablemente los controles efectuados en las salidas o llegadas de las grandes pruebas futuras, con objeto de hacer frente a cualquier sospecha existente o creciente, y preservar así su credibilidad deportiva.
Por otra parte, parece actualmente indispensable, sobre todo en un año olímpico, adoptar todas las medidas necesarias en las disciplinas en cuestión para ampliar las comprobaciones ya realizadas a las ruedas de las bicicletas utilizadas, como la Unión Europea de Ciclismo ya sugirió por escrito a la Unión Ciclista Internacional el pasado 20 de julio.
Por último, la Unión Europea de Ciclismo desea elaborar un plan de acción que presentará en su congreso anual que tendrá lugar en marzo de 2016, y que propondrá acto seguido a la Unión Ciclista Internacional. Este plan deberá ser lo más eficiente posible con objeto de preservar la credibilidad del ciclismo e impedir cualquier fraude o intento de fraude tecnológico que suponga un daño intolerable al propio «ADN» del deporte ciclista.