Con el E3 Harelbeke se terminaron los ensayos

Geraint Thomas, vencedor el pasado año, no defenderá su título / ©Ciclo21

Nicolás Van Looy / Ciclo 21

Las dos pruebas inaugurales, el Circuito Het Nieuwsblad y la Kuurne-Bruselas-Kuurne llegan pronto y con muchos todavía desperezándose tras el descanso invernal. Le Samyn se disputa entre semana y en una zona, la francófona de Bélgica, que relacionamos más con otro tipo de ciclismo. Luego, comenzó un periplo que nos llevó por caminos de gravilla y que desembocó en el primer Monumento del año, pero Italia es el Sur. Es el Mediterráneo. Es ostra cosa. No hay bergs ni hay adoquines. Para eso hemos tenido que volver, a Bélgica. Al corazón de una Europa a la que se le paró el pulso el pasado martes y que, poco a poco, con el dolor todavía muy presente, quiere volver a la normalidad. Quiere mirar hacia delante. Y para ello, nada mejor, así opinan muchos, que mantener los planes previstos. Y así se disputó ayer, entre la tristeza y el miedo, el último de los grandes ensayos para lo que se nos viene encima. Una A Través de Flandes a la que tradicionalmente dan la espalda los grandes nombres y que se convierte en una gran oportunidad para ver cómo evolucionan esos segundos espadas que bien nos obligan a tomar nota de cara al futuro, bien mandan señales de cara a posibles planes b en las grandes citas que mañana empiezan.

Efectivamente, con el E3 Harelbeke los grandes especialistas en el llamado ciclismo de adoquín llegan a las dos semanas y media más importantes de su temporada. Ya no hay excusas y tanto esos hombres que hemos visto brillar hasta ahora porque han optado por una preparación muy temprana como aquellos que han preferido atrasar su pico de forma deberán de mostrar que han hecho los deberes como aficionados y, sobre todo, empleadores esperan.

Como ya adelantamos en Ciclo 21, el E3 Harelbeke de este año presenta importantes novedades respecto a ediciones anteriores. Básicamente, lo que han hecho los organizadores ha sido recortar el kilometraje, pasando de los 214 a los 203 kilómetros y reducir en dos las ascensiones hasta dejarlas en 15 subidas. Pese a lo que pueda parecer, estos cambios no han sido introducidos para hacer la prueba menos dura o, como se dice ahora, humanizar la carrera. Todo lo contrario. Con estas novedades los organizadores confían en que una de las pocas clásicas flamencas que escapan al control de Flanders Calssics gane en dureza y, sobre todo, en nerviosismo, algo que siempre redunda de forma muy positiva en el espectáculo televisivo que atrae interés y patrocinadores. Unas modificaciones que los responsables de la carrera introdujeron después de haberlas consultado con pesos pesados del pelotón como Fabian Cancellara, Peter Sagan o el ídolo local, Tom Boonen.

Llegados a este punto, las cartas están ya sobre la mesa para que los mejores corredores puedan demostrar que esa doble cita en la que todo el mundo piensa de los días 3 y 10 de abril no les va a pillar en mal momento. De entre todos ellos destaca el nombre de Greg Van Avermaet (BMC), que este año sí ha conseguido el golpe de pedal que otros años sólo se le presuponía. No sólo ha conseguido el de BMC el triunfo en el Circuito Het Nieuwsblad o la 6ª etapa de la Tirreno-Adriático, sino que le hemos visto muy activo en otras carreras como la Milán-San Remo, donde acabó quinto después de que Fernando Gaviria (Etixx-Quick Step) estrellara su bicicleta contra la suya en pleno sprint y, sobre todo, nos quedamos con esa imagen agónica de ayer en la A Través de Flandes donde se quedó a 250 metros del triunfo tras un final apoteósico.

Junto al de Van Avermaet, por supuesto, aparece el nombre del campeón del mundo, un Peter Sagan que todavía no ha conseguido inaugurar su palmarés como portador del arcoíris y que, de alguna manera, sigue aumentando esa leyenda suya de ser el mejor acumulador de segundos puestos –lleva cuatro más la segunda plaza de la general final de la Tirreno-Adriático–. Pero a Sagan sólo le falta el triunfo porque tiene todo lo demás: el estado de forma envidiable y, sobre todo, esa sensación de que en cualquier momento puede superar a todos sus rivales.

Junto a ellos, claro está, aparece el nombre de un Alexander Kristoff que sigue compartiendo junto a Marcel Kittel el honor de ser el hombre con más triunfos del pelotón gracias a sus cinco victorias. Pero el noruego del Katusha no ha vuelto a levantar los brazos desde el día 21 de febrero en Omán. Ahora, más de un mes después, le avalan, por supuesto, sus buenas actuaciones en la París-Niza y en la Milán-San Remo.

Y hablamos mucho de la Milán-San Remo y, por supuesto, tenemos que tener en cuenta llegado este punto a su ganador, el francés Arnaud Démare que hace dos años ya demostró, con el segundo puesto en la Gante-Wevelgem, que puede ser un más que serio aspirante a cualquier cosa en este tipo de pruebas.

No. No nos hemos olvidado de los dos viejos rockeros del pelotón. Fabian Cancellara, en una primavera especialmente dulce, llega al E3 Harelbeke con una clara ventaja moral sobre su coetáneo Tom Boonen. El suizo comenzó fortísimo ganando en Mallorca, pero además enamoró en la Strade Bianche. Además, en este camino de preparación hacia esos objetivos de Flandes y Roubaix, ha tenido tiempo de llevarse la contrarreloj de la Tirreno-Adriático si bien en la Milán-San Remo, aunque intentó un movimiento más o menos valiente, pasó muy desapercibido. Pero si de pasar desapercibido se trata, Tom Boonen podría hablar mucho en esta temporada. El belga, que todavía sigue sin aclarar si estamos asistiendo a su última temporada como ciclista profesional, no ha dado ninguna sensación que haga pensar que podemos estar ante el inicio de una nueva campaña exitosa para él.

Tampoco ha dado esa sensación un Sep Vanmarcke que, eso sí, ya avisaba de que este año su intención era llegar al pico de forma adecuado por estas fechas ya que en otras ocasiones, en las que fue capaz de brillar a lo largo de toda la primavera, llegó muy cansado a las dos grandes citas del adoquín.

Sus nombres, claro está, son los que más suenan, pero no los únicos con opciones. Oscar Gatto, muy activo ayer camino de Waregem; Nikki Terpstra o Zdenek Stybar, los dos Etixx-Quick Step más en forma; Jurgen Roelandts, Jelle Wallays y Sean De Bie, al frente de un Lotto-Soudal en racha; Lars Boom, desaparecido pero siempre muy peligroso en este terreno; Dries Devenyns y Oliver Naesen, la dupla al frente del IAM; Jens Keukeleire, el belga que necesita un triunfo de renombre; Edvald Boasson Hagen, el noruego que seguro que puede tirar de veteranía y, por supuesto, un Ian Stannard que también ha optado por retrasar este año su pico de forma y que, con las miras puestas en los dos Monumentos que están por llegar, encabezará el siempre temible bloque del Sky.

Son muchos nombres, claro está, pero lo cierto es que ha llegado el momento de que todos ellos muestren si van a ser capaces de estar a la altura de lo que se espera de su concurso en las pruebas de un día.

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