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Contador y Froome
Cuando Jarlinson Pantano (Trek-Segafredo), el más fiel escudero de Alberto Contador en este último año del pinteño en el ciclismo profesional, se coló en el enorme grupo de 37 unidades que tomó ventaja en la primera parte de la etapa respecto del pelotón, el que más y el que menos comenzó a pensar en las distintas ventanas tácticas que eso abría. Por detrás, Sky, empeñado en salvar el maillot rojo de Froome, no estuvo excesivamente hábil en términos de desarbolar esa posible táctica de Contador. Se empeñó el equipo del líder en mantener la fuga cerca y eso hacía que cada kilómetro que pasaba con el grupo de escapados a unos tres minutos del pelotón el movimiento del español estuviese más claro.
Además, y eso quizás tampoco lo sabían en Sky, Alberto Contador conoce muy bien el Alto del Garbí, la durísima trampa que Paco Giner y los suyos habían colocado a menos de 40 kilómetros de meta. Suele entrenar en sus rampas el pinteño y, como reconoció más tarde ante las cámaras de TVE, sabía que iba a ser el lugar ideal para convertirse, una vez más, en gran protagonista de la carrera.
Entrevistado por Carlos de Andrés y Pedro Delgado, Contador explicaba que “ha sido un día en el que se ha ido rapidísimo. Nadie podía hablar. Nos mirábamos unos a otros y sólo suspirábamos”. Él, lejos de mostrarse contrariado por ello, disfrutaba viendo cómo todo se le ponía a favor. “Entreno por aquí y conocía bien el terreno. Sabía que tal y como se había ido, había grandes nombres que se iban a descolgar en el Garbí”.
Contador demarró convencidísimo en las rampas del Garbí e hizo daño. Mucho daño. Pero, a la vez, sabía que lo más complicado no estaba en las rampas del puerto sino en lo que venía después. “Sabía que luego íbamos a tener aire de cara y era interesante ir en un grupo, pero no ha habido colaboración. Eso ha impedido que las diferencias fuesen mayores”.
Los repetidos cambios de ritmo del escalador español consiguieron descolgar a un buen número de corredores. Hubo un momento en el que sólo Chris Froome pudo aguantar su rueda. “Sabía que no iban a aguantar muchos más aparte de Froome”, reconocía Contador. “Es una subida muy dura, explosiva y en un día complicado. Sabía que aguantarían 3 o 4. No más”.
Ahora, claro, la sensación generalizada es la de la rabia. La pena de saber que ese día en Andorra nos ha privado de ver a Contador disputar la general de su última gran vuelta. Él se resigna. “El deporte es así. Hay veces que suceden cosas que no puedes controlar. Comí algo que me sentó mal y eso hizo que estuviese completamente muerto. No conseguí asimilar ningún nutriente de toda la comida que ingerí. No sabemos exactamente por qué sucedió.Ahora queda lo que queda. Podría estar lamentándome, pero prefiero disfrutar y ver qué puedo hacer. Muchos pensaron que venía por venir, pero he demostrado que, como he hecho toda mi vida, he venido a hacerlo lo mejor posible”, se reivindicaba.
Alberto Contador camino de la salida de Vila-Real / © Photogomez Sport
Cuando llegó a la altura de Pantano, que se dejó caer del grupo cabecero sacrificando cualquier opción propia, el colombiano tiró fortísimo de su compañero haciendo, de nuevo, mucho daño en las piernas de todos sus rivales. “La táctica de hoy estaba pensada porque sabía que si todo iba normal podía ser un día para intentar dejar atrás a corredores importantes”, reconoció posteriormente Contador que, preguntado si sigue manteniendo aspiraciones en la general o si prefiere ya centrarse en la pelea por etapas, explicaba que “prefiero terminar en el podio que el décimo. Hoy no era un esfuerzo muy grande. Sí que sigo pensando en hacer podio”.
Ya son dos días consecutivos en los que Contador ha vuelto a mostrar su mejor cara. El de hoy, al fin y al cabo, ha servido para confirmar que el pinteño ha dejado atrás cualquier duda que pudiera arrastrar desde esa desafortunada tarde andorrana y que, como reconocía el propio jefe de filas del Trek-Segafredo, no se han disipado completamente hasta hoy. “Ayer sí es verdad que tenía dudas. No sabía si estaba recuperado o no, pero evidentemente fue bueno para la moral verme delante. Ahora ya lo veo de otra manera”.
Contador sabe que tiene muy complicado, por no decir imposible, luchar por el rojo. “Froome nunca me deja mucha libertad”, explica. “Creo que todavía pueden pasar muchas cosas, pero el problema no es sólo Chris, sino el equipazo que tiene”. Y pese a que la táctica de hoy ha dado sus frutos y ha conseguido neutralizar a todos los gregarios del británico, Contador explica que “es verdad que hoy hemos desarbolado al equipo, pero él sigue fresco. Se le ve en la cara. Tú lo tienes que dar todo para romper el equipo, pero cuando lo consigues él sigue entero y eso lo hace muy complicado”.
Pese a ello, el podio sigue siendo una obsesión y un objetivo. La Vuelta no ha hecho más que empezar y, aunque reconoce que el recorrido le beneficia respecto a otros corredores, explica que “yo ahora mismo no pienso en la contrarreloj. Está muy lejos. Yo lo que pienso es en hacer una buena general y en conseguir alguna victoria de etapa porque soy consciente que la general la tengo muy complicada porque no me van a dejar margen. Salvo que Froome tenga una crisis, será imposible, aunque con el resto de corredores sí creo que si las piernas me responden puedo estar en el podio”.
Por último, Contador volvió a mostrarse muy agradecido por el cariño que está recibiendo de toda la afición. “Lo que quiero es seguir disfrutando de la gente, que es lo que estoy haciendo” y reconocía que “voy pensando cada kilómetro que esta es mi última carrera. Creo que no podía haber tomado una decisión mejor que despedirme en esta carrera. Siempre quise hacerlo estando bien y en un equipo en el que estuviese a gusto. No hay nada que me enorgullezca más que ver todas esas pancartas en las que la gente pone ‘Gracias Alberto’. Estaré eternamente agradecido y muy orgulloso”.
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