Ciclo21 Portal de ciclismo
Corendon está dispuesto a incrementar su inversión en Van der Poel / © Trofeo DVV
Que sólo es cuestión de tiempo para que a Wout Van Aert y Mathieu van der Poel se les quede pequeño el mundo del ciclocross es un secreto a voces. Tanto el bicampeón del mundo como el holandés ya han dejado claro en más de una ocasión que su intención –no inmediata, pero sí firme– es poder dar el salto a la ruta en el futuro. Lógico si tenemos en cuenta que a los 23 y 22 años, respectivamente ya han conseguido casi todo lo que se puede conseguir en el barro. Por el momento el marcador global es favorable a Van Aert que suma ya dos mundiales, dos Copas del Mundo, un Superprestigio, dos Trofeos DVV (con un tercero muy cercano), dos títulos nacionales y un total (a día de hoy) de 48 triunfos. Van der Poel sólo ha sumado un Superprestigio (y tiene muy cerca el segundo) en cuanto a challenges, un mundial, tres nacionales y 40 triunfos. Números, en cualquier caso, muy parejos y que en los próximos dos o tres años se doblarán para ambos salvo que en el circuito invernal del ciclismo irrumpa una figura que, por el momento, no parece vislumbrarse.
Wout Van Aert ya ha visto este mismo año cómo su equipo ha dado un giro importantísimo para asegurarse su permanencia en la estructura. Para ello Nick Nuyens y Chris Compagnie han hecho al conjunto dar un salto cualitativo de tremenda importancia que permitirá al bicampeón del mundo de ciclocross realizar, cuando él y los suyos lo decidan, un calendario de ruta que incluya carreras de primer nivel y, por qué no, las más prestigiosas clásicas flamencas –incluida la Vuelta a Flandes– cuyos organizadores estarían encantados de ofrecerle al Veranda’s Willems-Crelan una invitación con tal de contar con Van Aert en su carrera.
Van der Poel no se ha escondido y también aseguró no hace mucho que el salto a la carretera es sólo una cuestión de timing. “2018 es una fecha bonita para pasar a la ruta”, aseguró. Quizás, tras el varapalo sufrido en Bieles el holandés quiera replantearse esa fecha con el objetivo de aspirar a algún mundial más, pero objetivamente hablando el barro se le queda pequeño y no sería de extrañar que la llamada del asfalto y los adoquines ejerza un magnetismo más fuerte que los circuitos invernales.
En previsión de ello y en una maniobra muy similar a la ya comentada en torno a Van Aert, el patrocinador principal del actual equipo de Van der Poel, Corendon, ha asegurado que está dispuesto a doblar su inyección económica [actualmente valorada en torno al millón de euros por temporada, N.d.A.] para construir un proyecto de ruta solvente alrededor de Van der Poel.
El movimiento, claro, es absolutamente lógico ya que Corendon está recibiendo un retorno absolutamente astronómico por el patrocinio del héroe ciclista neerlandés, pero Atilay Uslu, propietario y CEO de Corendon, ha sabido leer perfectamente el mensaje de Van der Poel cuando aseguraba que 2018 podía ser una fecha bonita para pasar a la ruta y es que es precisamente ese año, exactamente el día 1 de enero de 2018, cuando Van der Poel termina su contrato con su actual equipo y, por lo tanto, quedaría libre para recalar en cualquiera de las escuadras World Tour que le pretenden.
Uslu sabe que no puede competir en este momento con un equipo World Tour a la hora de garantizar un calendario de ruta en el que se incluyan las grandes citas anuales, pero sí puede presionar a Van der Poel con el mismo arma con el que Nuyens ha engatusado a Van Aert: un proyecto en el que él y sólo él sería la estrella alrededor de la que gravitaría todo lo demás.
