Tras una valoración de los primeros ciclocross de la temporada y teniendo en cuenta la situación actual en torno al coronavirus, la federación belga ha intensificado las medidas preventivas. El principal cambio es la obligación de presentar una prueba de PCR negativa, tanto los corredores como su comitiva limitada a tres personas (dos mecánicos y un asistente), el jurado y la prensa. Los resultados deben conocerse a más tardar 24 horas antes de la salida. Los costes de estas pruebas corren a cargo de los corredores o del patrocinador.
Si se suceden varios eventos, será necesaria una nueva prueba si el último en realizarse supera un periodo de 10 días. Esta norma se basa en el del protocolo de carreteras de la UCI. Si transcurren más de 14 días entre dos carreras, se debe realizar una nueva prueba a los tres días del inicio de la siguiente.
Además, también habrá menos personal en los boxes. Dos mecánicos además del asistente o entrenador. También estarán mejor distribuidos en la zona. Existe una distinción entre los 30 mejores corredores del ranking UCI y los demás. Solo ellos tendrán derecho a esos dos mecánicos, y solo uno para los demás. Esto hace que el total de personas en esa área baje de 150 a 105.
Estas nuevas medidas entrarán en vigor a partir de la X²0 badkamers Trofee – Urban Cross en Kortrijk, el 28 de noviembre, para que los equipos tengan tiempo de organizarse.