La primera parte de la temporada –y en la que se concentran sus principales objetivos- terminaba el domingo pasado para Iván García Cortina, que ya descansa en su casa de Gijón, aunque con una fisura en su dedo gordo de la mano derecha como consecuencia de la caída sufrida en Roubaix.
– ¿Qué sucedió exactamente?
– Fue en el primer tramo de pavés, que estaba súper embarrado. Tuve que frenar, pero toqué el freno un poco más de la cuenta y me fui al suelo. Me hice daño en el dedo, aunque en caliente no noté mucho dolor. Eso fue al principio, pero después de cinco tramos, ya no pude aguantar más y tuve que abandonar. Y luego ya la vi muy bien, pero desde el autobús –bromea el asturiano-.
– A pesar de ello, quiso ser protagonista y lanzó su ataque…
– No lo intenté mucho, la verdad, pero sí al menos una vez, cuando iban tres corredores por delante e intenté enganchar con ellos, pero no pude. Y justo cuando me cogieron, fue cuando saltó Marc (Soler), que sí consiguió entrar en la fuga.
– Buena actuación de Soler, ¿la esperaba?
– Es un corredor con mucha clase, pero sobre todo es un todoterreno, un ciclista muy combativo. Es bueno que los ciclistas que destacan en otro tipo de pruebas se dejen ver en estas clásicas porque contribuye a dar más valor a los que corremos en ellas.
– Por ejemplo, su compañero Nibali se atrevió a correr Flandes y Valverde estuvo en un tris de hacerlo…
– Nibali me sorprendió, porque no había corrido nunca una clásica de este tipo. Al final estuvo muy adelante disputando y como decía, dando valor a la prueba con su presencia. Me gustaría que Valverde hubiera venido, porque es un corredor con unas grandes cualidades, muy habilidoso y que se adapta a todo.
– Con Roubaix da por terminada la primera parte de la temporada. ¿Cuál es el balance de la misma?
– Pues, aunque me he visto bien en casi todas, he tenido bastante mala suerte en general. Por ejemplo, en la Omloop iba en el grupo de cabeza, pero a quince de meta tuve una caída y me dio mucha rabia.
– Lo mejor, esa escapada en la Vuelta a Flandes…
– Disfruté mogollón. Ver las cunetas llenas de gente, yendo en todas las subidas por delante, es algo que te animaba mucho, increíble.
– Pero de todas formas, se sigue quedando con Roubaix como carrera favorita…
– Sí, claro, es una carrera que me gusta muchísimo, que tiene una magia especial y que espero poder estar disputando algún día.
– ¿Cuáles están siendo sus referencias en este aprendizaje en las clásicas?
– El año pasado Flecha me dio muchos consejos, de cuáles eran los puntos clave en el recorrido, porque si no lo has hecho nunca ni te das cuenta. Este año, no tanto, he procurado aprender por mi cuenta. Y en el equipo, Haussler, que es un corredor que tiene muchísima experiencia y que siempre está pendiente.
– El gran dominador de la campaña de clásicas ha sido, con gran diferencia, el Quick Step, un equipo al que usted estuvo vinculado, al correr como ‘stagiaire’ después de haber pertenecido al filial, aunque al final tuvo que dar el salto con Bahrain. ¿Se imagina estar con ellos?
– Han mostrado muchísima superioridad este año. Si no ganaban, por lo menos estaban dando mucha guerra. Estar en un equipo así siempre es un aliciente, pero posiblemente no habría corrido estas pruebas, dado el gran número de especialistas que tienen. Además, estoy muy a gusto en Bahrain.
– ¿Cuál es el siguiente programa?
– De momento no voy a correr hasta dentro de algo más de un mes. Aprovecharé para estar en casa, que llevo mucho tiempo fuera y luego quiero irme unos días de vacaciones, para comenzar los entrenamientos con más ganas. Estoy de reserva para el Tour, pero hay muchos otros compañeros en esta situación, y si no, correré la Vuelta.
– ¿Cuál de las dos preferiría correr?
– Me gustaría conocer el Tour. El año pasado ya hice la Vuelta y aunque lo pasé muy mal la primera semana, llegué bastante bien a la última. Pienso que no son tan diferentes en dureza las dos carreras e incluso el Tour es más pedaleable. Corra una como otra, estaré para ayudar al equipo y si tengo alguna oportunidad, poder brillar.
– Lo que este año parece más complicado es ir al Mundial, con ese recorrido tan selectivo…
– Soy consciente de que es casi imposible.