El ciclismo se vistió de luto el pasado mes de febrero cuando se conoció la muerte, a los 58 años de Claude Criquielion tras sufrir un accidente cerebrovascular. Criquielion fue uno de los más grandes ciclistas belgas de todos los tiempos y hasta el día de hoy sigue muy viva la sensación de que su palmarés se queda corto con respecto a su potencial real.
Sea como fuere, un país con unas raíces ciclistas tan profundas como el suyo no iba a dejar pasar su figura sin rendirle todo tipo de homenajes, pero quizás el más emotivo de todos y el que más tiempo pueda hacer permanecer su nombre en la memoria colectiva sea el que ha recibido en la ciudad de Huy. Allí, el concejal de Deportes, Christophe Collignon, ha sido el encargado de hacer oficial que una curva del famosísimo Muro de Huy llevará el nombre de Claude Criquielion.
La curva elegida para ser bautizada en su honor ha sido la misma en la que en 1989 dejó de rueda a Steven Rooks para alcanzar su segundo triunfo en la Flecha Valona. En ese mismo lugar, se ha descubierto hoy un monumento en su honor.