Por cada buena noticia que tenemos en las últimas fechas referidas al ciclismo, lamentablemente recibimos la misma cantidad, o mayor, de malas… o de peores. La alegría que vivimos recientemente por la ‘salvación’ del Gran Premio Miguel Indurain se borra con el varapalo recibido esta mañana sobre la cancelación en la Vuelta a Madrid.
Si hay que ser sinceros, a nadie le debe extrañar esta noticia, ya que la Comunidad de Madrid es, muy probablemente, la entidad española que menos apuesta por el ciclismo. La Vuelta a Madrid para nuestras autoridades era un ‘muerto’ que, a las primeras de cambio no han dudado en enterrar. Primero sin darle la más mínima promoción necesaria por su parte; luego cortando el grifo económico argumentando la falta de interés… que ellos mismos habían provocado.
Como cualquier prueba ciclista que se celebre en una gran región –en términos económicos y de población, como es Madrid- la viabilidad está asegurada… siempre que se cambie ese esquema al que me refería en un post anterior. Cambiar la imagen de marca, buscando esa percepción de singularidad y de innovación; encontrar un patrocinador privado que bautice la prueba… y esperar que las autoridades se suban al carro triunfador. No es fácil, pero desde luego no hay otro camino.