Pues sobre el papel y para seros sincero, creo que hay tantas opiniones como quienes se atrevan a darla. Aquí sin embargo, siempre hemos tenido especial predilección por la primera de las tres, la de la bota itálica, el Giro de Italia, una carrera que cada año supera la anterior y eso que a veces ya resulta complicado.
¿Por qué? pues porque Italia es un país que quien la diseñó pensó que tendría ser surcada por bicicletas. Combina la belleza del paisaje, ciudades increíbles, pueblos íntimos con el calor de la gente, la pasión del rosa que lo inunda y el fervor popular del italiano medio, que deja lo que esté haciendo para acercarse a la cuneta a ver y animar los ciclistas, sin importarte si el Giro tiene más o menos figuras.
Van a verlo porque en el fondo el Giro es patrimonio de Italia, es patrimonio deportivo como Monza y la F1, los grandes estadios de fútbol o Valentino Rossi, pero también es patrimonio inmaterial, desde tiempos inmemoriales, cuando el país estaba roto por la guerra, los pueblos se ponían guapos para la caravana, “porque venía Coppi, porque venía Gino, porque venía el Giro”.
Ese fervor en España, duele decirlo, no se ve ni se respira. Antes en abril, quizá sí, cuando la Vuelta era pasto de los caprichos de la primavera, y la península se desperezaba del crudo invierno. La Vuelta era una fiesta que ahora, en la recta final de las vacaciones, un calor que mata, con la gente a mil cosas, y el obvio descrédito que el ciclismo ha sufrido por estas tierras, no vemos, no al menos en la misma medida.
En ese sentido el Tour es algo más similar al Giro, con un país que acostumbra a poner sus vacaciones en julio y que siembre busca el hueco para formar parte de los millones de espectadores que se acurrucan en los bordes de la carretera. Este año, el Tour supuso un elemento más en la reafirmación nacional francesa, con la amenaza terrorista inicial y posterior atentado en Niza. El Tour prosiguió su camino y acabó en un París blindado, pero acabó, con lo que ello implica.
Artículo completo de Joan Seguidor aquí