Daniel López Parada (21 de enero de 1994, A Coruña) logró en 2018 la única victoria del año para Burgos-BH. Es una voz autorizada para hablar del momento que atraviesa el equipo profesional continental tras la suspensión de 21 días por la UCI, la concentración antidopaje en Almuñécar y la exoneración de Ibai Salas. “A ver quién nos devuelve ahora los días de sanción, el tiempo, dinero y esfuerzo de esas carreras que nos han quitado a los que no hemos hecho ni haremos nunca nada”, lamenta el ciclista gallego.
El pupilo de Julio Izquierdo, como el resto de sus compañeros, tuvo que retrasar el calendario tras los casos de Salas e Igor Merino: “Fue una desilusión muy grande para mí y para todo el equipo. Igor e Ibai nos traicionaron, no solo como compañeros, sino como amigos. Creo que no pensaron en el daño que nos hicieron a los demás. No sé en qué momento se desviaron del camino. Nuestro camino es otro y queremos pasar página porque esa no es la imagen del Burgos BH”, indica.
López Parada admite que vivió el proceso con incertidumbre: “Sentimos bastante preocupación, pero desde el equipo agradecemos a todos los patrocinadores su apoyo. No hemos perdido a ninguno y es una importante muestra de su confianza. Saben que este es un equipo limpio y que pelea contra el dopaje”, zanja.
Plantilla, cuerpo técnico y la plana mayor del Burgos-BH se concentraron durante tres semanas en Almuñécar para concienciarse entre ellos: “Mantuvimos reuniones con directivos y patrocinadores para convencernos entre todos de que con el dopaje no se llega a ninguna parte. Al que hace trampa lo acaban pillando y es una tontería el simple hecho de pensar en doparse”, desvela Dani, que resalta la figura del padre Saldaña, un cura que acompaña al equipo desde hace años: “Le llamamos páter. Es muy aficionado al ciclismo y nos ayuda con charlas personales y de motivación. Yo no soy católico, pero él sabe separar muy bien el tema religioso del ciclismo”.
Más ilusión que presión
Vencedor en la 12ª etapa de la Vuelta al Lago Qinghai (2.HC) la pasada temporada, el coruñés es la principal referencia del Burgos-BH para las llegadas masivas: “Me genera más ilusión que presión porque ya he demostrado de lo que soy capaz. Siempre corro para ganar, pero depende mucho de cómo sean las sensaciones ese día o si llego bien colocado. En una prueba World Tour, por el tipo de rivales que nos vamos a encontrar, competiré más bien por hacer puesto”, explica.
López Parada fija su primer gran punto de mira en la Volta a Catalunya: “Ya hemos marcado nuestro calendario para la primera parte de la temporada y tengo dos objetivos: primero es la Volta y quiero llegar allí lo mejor posible. El siguiente pico de forma está pensado para la Vuelta a Bélgica y las clásicas belgas de muros y adoquines que hay entre mayo y junio. Son carreras que se me dan bien y quiero aprovecharlas”, desvela.
El velocista de Burgos-BH no tuvo la ocasión de brillar en la primera etapa de la Vuelta a Murcia, su estreno esta campaña y que parecía propicia para sus características: “Nos arrancaron los capos en un tercera y se fueron por delante. Yo me quedé en un segundo grupo a unos 30 segundos, no nos organizamos y se fueron, pero creo que estamos cerca de los mejores”, opina Dani, que en la Clásica de Almería vivió de cerca el corte que partió la carrera: “Se pusieron los Mitchelton-Scott a tope bajando un puerto a unos 100 kilómetros de meto y se cortó Pello Bilbao justo delante de mí. Sabía que era un momento de tensión, pero yo creo nadie se esperaba un corte ahí. Luego perseguimos durante 80 o 90km con los Katusha, CCC y BORA, pero a falta de 10km vimos que ya no podíamos cazarles”.
La próxima cita para el Burgos-BH y su hombre rápido es la Vuelta a Andalucía. “Mi objetivo es ayudar al equipo e intentar aprovechar cualquier oportunidad que tenga”, declara el coruñés, que después volverá a su residencia en Galicia para prepararse de cara a Catalunya en una cámara de hipoxia, que simula las condiciones de un entrenamiento en altura: “vivo y entreno al nivel del mar y, cuando estoy tres semanas entrenando en altura, lo noto muchísimo a nivel de fuerza, capacidad pulmonar… En el momento que me pongo de pie para una subida se me hace mucho más fácil”, arguye Dani.
Un sueño: el salto de categoría
López Parada acaba contrato con el Burgos-BH al término de esta temporada: “Es un año importante, pero me lo tomo sin demasiado estrés ni me presiono porque podría ir en mi contra. Voy a seguir la misma filosofía que he llevado hasta ahora: disfrutar de lo que hago. Creo que es lo mejor para conseguir resultados”. Sin agobios, pero con un sueño, llegar al World Tour: “Cada año que pasa me encuentro mejor y este 2019 espero dar el paso definitivo. Conseguir un contrato en un equipo World Tour, estar en las grandes carreras y competir contra los mejores es el objetivo para cualquier ciclista”.
¿Y la Vuelta a España? “Primero tenemos que ganarnos la invitación y estamos peleando por ello. En la Vuelta a la Comunidad Valenciana, la primera carrera del año para el equipo, hicimos una buena actuación y Diego (Rubio) ganó el maillot de la montaña. Queremos demostrar que somos combativos para volver a la Vuelta”, desea el gallego, que peleará por debutar en una ‘grande’ si su equipo está invitado: “Estamos muy lejos todavía, pero me haría muchísima ilusión debutar en una grande y mi idea es demostrar que puedo estar en ese equipo”.
Pide paciencia a los conductores
Dani, como cualquier ciclista profesional, vive a diario situaciones complicadas en la carretera, pero no siente miedo: “Los que salimos en bicicleta ya estamos acostumbrados y tenemos que ir atentos todo el entrenamiento. Todos los días tengo alguna aventura, de algún coche que no me ve o que se cree que voy más despacio de lo que realmente voy. La clave está en la paciencia y en la conciencia. Hay conductores que nos quieren adelantar cuanto antes y lo que pueden perder son dos o tres minutos en pasarnos de forma segura”.
La peligrosidad aumenta en condiciones de lluvia y, como buen gallego, el sprinter de Burgos-BH está habituado a entrenarse bajo el agua: “Esta pretemporada he tenido mucha suerte, casi no me he mojado, pero cuando llueve suelo entrenar bastante con la bici de ciclocrós. Me tiro por pistas de monte porque es menos peligroso que la carretera”.