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Navarro en la Vuelta © Ciclo 21
Fernando Ferrari / Cullera (Valencia) / Ciclo 21
A sus 36 años y nada menos que la mitad como profesional, Dani Navarro (Salamanca, 18 de julio de 1983) vive una situación atípica. Tiene un contrato firmado con el Katusha suizo hasta el 31 de diciembre de 2020, pero no sabe qué pasará a partir del 1 de enero. La crisis del conjunto del magnate ruso Igor Makarov y dirigido por el exgregario de Armstrong, José Azevedo, provoca que su continuidad no esté ni confirmada ni clara tras unos últimos tiempos donde los resultados deportivos en forma de victorias han sido decepcionantes para su potencial, traducidas en diez éxitos entre 2018 y lo que llevamos de 2019.
«No sabemos nada y ojalá supiéramos todos algo de lo que va a pasar » dice el residente en Gijón desde pequeño a este medio en la salida de la cuarta jornada. «Yo tengo contrato y tampoco puedo hacer más. Tampoco nos han dado libertad para negociar con otros equipos porque aún no saben si van a seguir y de qué forma. Eso puede ser buena señal».
Reconoce que los rumores de unión con otra formación -la profesional continental francesa Arkéa con Nairo Quintana en 2020 es la que más suena- pasaría por ser la solución. «Lo de la fusión con otro equipo me consta que lo están intentando, pero no sabemos ni con quién ni nada. Ojalá se unan porque sería una pena que acabara así el equipo».
El excorredor de Liberty, Astana, Würth, Saxo Bank y Cofidis, a pesar de su edad y su trayectoria, no se pone fecha de retirada. «Me encuentro bien. En el Giro estaba muy bien de forma, mejor que ahora. La caída fue un momento muy malo, pero ahora ya estoy centrado en la Vuelta y creo que estoy en condiciones de hacer buenas cosas en el ciclismo más años».
Y entre esas cosas casi todo pasa por tratar de repetir su victoria de etapa en Cabárceno en 2014, la última de sus cuatro victorias en la máxima categoría. «No soy tan líder como Roglic, que tiene un equipazo, o Quintana, pero si cedo tiempo en la general se intentará en una escapada que pienso sí puede tener éxito. Intentaré hasta Andorra estar ahí sin perder mucho tiempo. Después de ahí y la contrarreloj de Pau valorará dónde estoy y cómo me planteo el resto de la carrera».
Unas oportunidades que pueden abrirse ante la ausencia de parte importante de las estrellas del ciclismo mundial. «Puede ser que haya más opciones, pero las fugas a partir de Andorra creo que van a llegar casi todas y quizás ésa sería la estrategia más interesante».
