De todos los campeones de España que se han proclamado este fin de semana en Palma de Mallorca, el más inesperado, sin ninguna duda, es el vallisoletano -de Laguna de Duero- Daniel Cavia, campeón sub23 del ómnium, donde quedó en quinta posición absoluta.
Hasta ese momento, su presencia en el palmarés de los Nacionales se reducía a un oro con Castilla y León en la velocidad por equipos junior, hace dos años en Tafalla. “Había que completar el equipo y faltaba uno que arrancara. Yo no lo hacía mal, por lo que me cogieron a mí. Y al final salió muy bien”. Como fondista, en cambio, no se había estrenado. “Hace dos años corrí el ómnium por primera vez y no quedé bien, aunque no recuerdo el puesto”, nos cuenta, aunque después, consultando los resultados, vimos que el ‘mal resultado’ fue una quinta plaza.
En esta ocasión llegaba algo corto de forma. “Hace apenas dos meses una caída bastante fea, que me tuvo 21 días parado, sin montar en bici, sin poder ir al gimnasio… De hecho, mi objetivo en este Campeonato era echarle una mano a Noel (Martín)”.
Sin embargo, al abulense no le salieron bien las cosas, mientras que Cavia se vio “muy bien de sensaciones, de piernas. Hablé con él y me dijo que fuese por libre. Y la eliminación, que es mi prueba favorita, me salió perfecta, con un sexto puesto. Así que salí a por todas en la puntuación, que también me gusta bastante. Estaban por delante Pallarés, que suele hacer unas puntuaciones muy buenas, y Telmo (Semperena), pero conseguí ganar dos veces vuelta, y me vi en carrera. No estaba muy seguro de cómo iba, porque en carrera, con el casco, es muy complicado, escuchar la megafonía. Calculando con los puestos que había hecho, pensaba que había pasado a Telmo, pero no sabía cómo estaba Pallarés. Y hasta el momento en que me bajé de la bicicleta no sabía si había ganado realmente”.
Un triunfo que le dedica a Noel Martín, “porque también es mi preparador, y tengo que darle las gracias por cómo me ayudó en la puntuación, arrancando, cerrando huecos. Lo que son las cosas, vine para ayudarle y al final ha sido él quien me ha ayudado a mí”.
Y un título que no es fácil no sólo por la caída que nos contaba, sino porque “en el velódromo de Valladolid es muy complicado entrenar. Llevamos reivindicando mucho tiempo que hagan algo. En cuanto llueve o hace viento resulta imposible, pero incluso en un día normal, vas rodando entre baches, parches… Aun así, todos los años terminamos sacando alguna cosa”.
Ahora Cavia se centrará en la carretera, con el Eiser-Hirumet. “Mi objetivo son las vueltas, donde me quiero centrar: la pista es siempre el inicio de la campaña, que me sirve para coger el punto de forma, y la velocidad”, aunque da por seguro que estará en septiembre en los Campeonatos de España de Valencia, y por supuesto, abierto a la selección. “Si me llaman, acudiré encantado”.