El ciclismo es uno de los deportes más internacionales que existe. Y no sólo por la universalidad de su herramienta fundamental, la bicicleta, sino también por la tradicional confluencia de múltiples nacionalidades en los equipos o las estructuras organizativas que lo integran. Siempre se ha dicho, enfocado el aserto a la élite, que el ciclismo es una torre de babel. Y este fenómeno también es aplicable a sus categorías inferiores.
Otro buen ejemplo de tantos es el equipo sub-23 de la Fundación Alberto Contador, en cuya plantilla 2019 se encuentran el italiano Alessio Acco y el checo David Andrlé. Con el centroeuropeo, una de las caras nuevas de la plantilla, charlamos en esta ocasión para conocer de primera mano cómo está viviendo estas semanas sin competición derivadas de la emergencia sanitaria impuesta por la expansión del coronavirus.
En la República Checa, en general en ese ámbito geográfico continental, la situación permanece dentro de una relativa estabilidad. En un país de diez millones y medio de habitantes, las autoridades habían confirmado 7.136 casos positivos y un total de 210 fallecidos hasta el jueves 23 de abril. “Mi rutina diaria no ha cambiado en exceso en las últimas semanas como consecuencia de la pandemia del coronavirus. En ese sentido soy un afortunado. En comparación a España, en la República Checa hasta el momento no hemos tenido tantos casos”, aporta Andrlé.
En territorio checo se habían tomado también medidas de confinamiento sobre todo en lo referente a los comercios; empero, sí era posible salir a ejercitarse por las carreteras. Aunque con unas medidas de control mínimas que pasaban por evitar aglomeraciones. “Con la llegada del virus a la República Checa el comercio ha cerrado. Y también lo han hecho las escuelas y los centros deportivos. Como máximo en la calle pueden coincidir grupos de cuatro personas y bajo esa premisa es posible entrenarte en la calle. Es obligatorio tener la boca y la nariz cubiertos con una mascarilla, una braga o algo similar durante todo el tiempo que esté fuera de casa. Hasta ahora todo el trabajo de fuerza lo estoy haciendo en el jardín de casa”. Desde este viernes 24 de abril el gobierno checo levantó varias restricciones, permitía viajar al extranjero (con la obligatoriedad de pasar un test o someterse a una cuarentena) y reuniones de grupos de diez personas.
“Antes del virus mi rutina se reducía a ir a clase por la mañana, con muchos exámenes, ya que estoy en mi último año de instituto en la rama de Electrotécnica, y luego a entrenarnos. En ese sentido todo sigue igual. Con los entrenamientos de Carlos Barredo me estaba encontrando realmente bien de forma e incluso creo que he mejorado mucho con respecto a la temporada pasada”, valora. David llegó a debutar con el equipo sub-23, tomando parte en una primera edición del Memorial Julio López Chineta en el que se impuso su compañero Alessio Acco.
“Es una pena toda esta situación, la imposibilidad de que haya carreras. Lo más importante es que todo esto acabe, y lo haga de la mejor forma. Seguro que pronto vuelve a retomarse la temporada”, confía el ciclista checo, hijo del exprofesional René Andrlé. “El contacto con los compañeros no se pierde, hablamos a través de WhatsApp o de otros medios entre nosotros y con el cuerpo técnico”.