Nicolás Van Looy / Ciclo21 – Enviado especial Valkenburg
Hace algo más de tres años Brian Cookson, que en ese momento acababa de cumplir un año en el cargo, explicaba para Ciclo 21 las que iban a ser las líneas básicas de un mandato que el pasado mes de octubre no pudo renovar en las elecciones en las que el francés David Lappartient le relevó como máximo mandatario de la Unión Ciclista Internacional por una abrumadora mayoría de 37 votos a 8.
El dirigente francés acaba de rebasar esa meta volante que en los cargos políticos significan los cien primeros días de mandato y lo ha hecho presidiendo su primer Comité Directivo con motivo de la celebración del Mundial de ciclocross de Valkenburg en el que se han aprobado una serie de iniciativas de poco calado a la espera de que en los próximos meses se den, al menos eso dice él, pasos más significativos en un mandato que deberá aprobar el examen de las urnas dentro de cuatro años.
En estos poco más de cien días transcurridos desde el momento de su elección, el presidente de la UCI no ha dado pasos firmes o claros en lo que deben ser las políticas que rijan la Era Lappartient, pero sí ha tenido tiempo de meterse en charcos más o menos complicados como el de la guerra a los pinganillos, la búsqueda de un mayor control con la cortisona, su alegato a favor de la sanción interna a Froome por parte de Sky, la negativa a acudir a la Vuelta a Flandes a causa de la invitación a Lance Armstrong o sus opiniones, ahora algo más matizadas en conversación con Ciclo 21, sobre la cabida de los ex dopados en el mundo del ciclismo.
En la carpa VIP del circuito mundialista de Valkenburg una legión de camareros se encarga de que varias decenas de invitados de renombre, entre los que encontramos ex ciclistas, directivos federativos de medio mundo, alguna estrella del star system local y, sobre todo, patrocinadores cuyas carteras han hecho posible el fin de semana; no pase hambre o sed. El ambiente es extraño. Fuera, ciclistas de varias categorías penan en un trazado durísimo. Un par de docenas de televisiones ofrecen las imágenes en directo, pero nadie las mira. El balcón, situado justo encima de la línea de meta, permanece vacío. Todos hablan, comen, sonríen y beben; pero pocos, muy pocos, prestan atención al ciclismo. Entre todo ese lío, David Lappartien, en un apartado más o menos tranquilo, desgrana en una entrevista exclusiva para Ciclo 21, las que son sus prioridades en un mandato recién comenzado.
– Permítame comenzar hablando, ya que estamos en el Mundial de la especialidad, sobre ciclocross. La internacionalización del deporte parece haberse conseguido en todas las categorías salvo en la elite masculina. ¿Por qué cree que sucede esto?
– Es verdad que parece que siempre tenemos el mismo número de países en una cita como la del Mundial. Siempre somos entre 21 y 25, pero también es verdad que están naciendo nuevas carreras en lugares como Australia y eso indica que la situación está mejorando lentamente, aunque seguramente no sea suficiente. Creo que uno de los motivos principales es que en un par de países, sobre todo en Bélgica, el nivel es muy alto y el nivel de negocio es muy potente. Para ellos, las cosas funcionan bien; pero eso ha creado un hueco muy importante para otros países y eso nos genera un problema. Un problema del que no podemos culpar a los belgas. La buena noticia es que tenemos una gran pasión, como has dicho, en las categorías inferiores y en el ámbito femenino. Eso está renovando el ciclocross por completo. Esto lo he visto en mi país, pero también está sucediendo en otros.
– ¿No cree que la UCI podría hacer algo más para ayudar a que esta situación mejore? Por ejemplo, se me ocurre que existen pruebas históricas, como la de Igorre en España, que hace tiempo que no están en la Copa del Mundo [challenge organizada por la UCI, N.d.A.] por cuestiones económicas y, entre ellas, el canon que establecen ustedes.
– Espero que podamos hacer algo, sí. Nuestra idea es centrar los esfuerzos en conseguir una globalización del negocio. El año que viene vamos a verlo con las sedes de la Copa del Mundo. Bélgica acogerá tres citas de las nueve. Eso significa que habrá seis en otros países. Volveremos a Tabor, a Pont-Château… y espero que podamos volver pronto a España.
– Hace poco que hemos pasado la frontera de los cien primeros días de su mandato. ¿Ha podido hacerse ya una idea clara de cuáles van a ser sus prioridades? ¿Cree que, respecto a lo propuesto en su programa electoral, va a tener que cambiar cosas?
– Diría que siguen siendo las mismas que defendí durante la campaña. Por supuesto, existen algunas situaciones específicas provocadas por los últimos acontecimientos, pero las líneas básicas son las mismas. La primera de todas ellas es la lucha contra el fraude tecnológico. A mediados de marzo estaremos preparados para hacer un anuncio a gran escala sobre esta cuestión. La segunda prioridad es la de globalizar más el ciclismo dando más apoyo a federaciones pequeñas. Estoy trabajando en ello y ya he presentado un borrador de lo que considero que tenemos que hacer que ha sido aprobado por el Comité Directivo esta misma semana. La tercera prioridad es la reforma del ciclismo profesional. Durante mis primeros cien días he invertido mucho tiempo en reunirme con el mayor número de actores del ciclismo profesional como me ha sido posible para conocer su opinión y de ahí surgirá un borrador para la reforma. Creo que sentar a un grupo de 25 actores, cada uno con su propio punto de vista, a discutir alrededor de la misma mesa no es la mejor manera de afrontar este trabajo. Creo que es obligación de la UCI poner una propuesta sobre la mesa y eso es lo que vamos a hacer. Voy a presentar un documento director, quizás no con todos los detalles completamente cerrados, a finales de este año.
«No quiero forzar una reducción de días en la Vuelta»
– En relación a la modernización del ciclismo profesional, hay algo que lleva años haciendo cierto ruido y que es un tema sensible en todo el mundillo, pero especialmente en España e Italia y es la reducción de las carreras de tres semanas. ¿Cuál es su opinión al respecto?
– No tengo una opinión formada al respecto en este momento. Lo que sí puedo decirte a estas alturas es que, cuando hablamos de la reforma, tenemos que verlo desde un punto de vista global. Hay que pensar en todo. No hay nada que no se pueda discutir, pero también te puedo asegurar que no quiero forzar ninguna reducción en la duración de las carreras. Por supuesto, la Vuelta a España pertenece a ASO y es una de las tres grandes vueltas del calendario. Sí, es una discusión que podemos tener, pero el debate que me interesa es el del modelo económico que debemos seguir y si, por ejemplo, se diese el caso de que la reducción podría traer un mejor modelo económico, entonces ¿por qué no hablar de ello? Pero, insisto, ahora mismo no es algo que nos preocupe.
– ¿Cuál debe ser el papel de los países europeos tradicionales del ciclismo en el futuro de este deporte frente a otros destinos pujantes como Oriente Medio, Australia o América?
– Debemos tener muy presente que el ciclismo es un deporte global, pero las raíces de este deporte están en Europa: en Italia, en Bélgica, en Francia, en España… y es con las carreras históricas con las que somos capaces de promocionar el ciclismo en todo el mundo. El Tour, la Vuelta, Flandes, Roubaix… son los grandes escaparates de nuestro deporte. Por otro lado, no podemos centrarnos sólo en Europa. Debemos ser conscientes de que tenemos que estar en China, en Australia, en Canadá, en Estados Unidos… creo que es algo importante para nuestro deporte. Es algo que, a la vez, puede ser importante para los organizadores europeos porque les da la oportunidad de vender sus derechos en esos países emergentes y eso es bueno para su negocio y la estabilidad de las carreras y los equipos.
– En el último Comité Directivo han tomado la decisión de congelar los precios del canon que los organizadores deben pagar a la UCI. En los últimos tiempos estamos viendo cómo en varios países europeos, también en España, han vuelto al calendario carreras que desaparecieron en años anteriores. ¿Con esta decisión quieren favorecer esta tendencia?
– He querido aprobar esa iniciativa porque quería lanzar un mensaje. Quería hacer ver a los organizadores que la UCI es consciente de las dificultades que tienen y de los gastos que deben afrontar. Yo he sido organizador y sé lo complicado que es poner en marcha una carrera y tenemos que ser cuidadosos con este tema. ¡Yo mismo me he quejado en el pasado de la continua subida de esos cánones!
«Lance Armstrong no es el tipo del que me fiaría para el futuro»
– En las últimas semanas ha estado usted muy beligerante a causa de la invitación que la Vuelta a Flandes ha realizado a Lance Armstrong. Hace casi cuatro años su predecesor me dijo, y le cito: “Lance Armstrong no inventó el dopaje en el ciclismo o en el deporte. Existe posibilidad de redención para él”. ¿Usted no ve ninguna opción de reinserción para él?
– [Largo silencio] No estoy seguro de eso. Es que, es un personaje que hace daño a nuestro deporte de una forma muy potente. Además, era un tipo arrogante cuando era corredor. No es el tipo del que me fiaría para el futuro del ciclismo. Bajo las reglas de la UCI, tiene la opción de hablar y hacerse útil en la lucha contra el dopaje, pero no debemos olvidar que admitió lo que admitió porque se vio forzado a ello por las autoridades estadounidenses. De no haber sido así, habría seguido manteniendo que era un deportista limpio.
– Cada vez que se habla de dopaje, usted lo ha hecho ahora mismo, se acaba invocando la cuestión de la imagen. ¿No cree que, en términos de imagen, es incluso más dañino que la UCI que usted preside no haya sido capaz de resolver el caso de Chris Froome casi cinco meses después y que sea algo que se pueda alargar incluso un año en el tiempo?
– Lo primero: este caso debería haber sido un caso confidencial, pero se produjo una filtración. Dicho esto, tenemos unos procedimientos y tenemos que seguirlos para garantizar los derechos del corredor. No es algo sencillo. Hay que darle al corredor la opción de explicarse. Luego, se trata de un debate entre expertos. Por supuesto, es cierto que un corredor como Chris Froome tiene más dinero, más apoyo económico y más oportunidades para rodearse de expertos que defiendan su caso y eso dilata las cosas. Yo quiero que este caso se resuelva lo antes posible, pero no estoy involucrado en el procedimiento, por lo que sólo puedo esperar.
– Me acaba de hablar de que hay que proteger los derechos de los ciclistas, pero hace una o dos semanas usted aseguró que Sky debía apartar a Froome. ¿No es eso algo contradictorio viniendo de boca del presidente de la UCI? ¿Qué pasa si se le aparta de la competición y finalmente se resuelve que es inocente?
– Bueno… verás, reconocemos que Froome tiene todo el derecho a correr. Él está ahora ejerciendo su derecho de defender su inocencia y su credibilidad y es algo que reconocemos plenamente, pero no es un corredor normal. Él, Sagan o cualquiera de los grandes ciclistas y sus equipos… lo que quise es lanzarles un mensaje para que piensen en cuál puede ser la mejor solución para el ciclismo. ¿Correr o no correr durante el periodo de espera? Lo que dije es que quizás deban considerar que, la mejor solución, es no correr.
«Las sanciones de por vida deben existir… en algunos casos»
– Sí, pero no me ha contestado. ¿No sería eso ir contra sus derechos?
– Decir eso no quiere decir que no reconozca su derecho a defenderse y a correr.
– ¿Cuál es la diferencia entre el caso de Lance Armstrong, al que no quiere ver en el ciclismo, y el de otros ex corredores que han confesado haber recurrido al dopaje y que sí son bienvenidos en la caravana ejerciendo una u otra función? Le pongo a modo de ejemplo, por ser uno de los más claros, pero no el único, el caso de Richard Virenque.
– Sí, cojamos el ejemplo de Virenque y comparémoslo con el de Armstrong. Y no hablemos de nacionalidades, porque seguro que habrá quien diga que estoy hablando en su favor por ser francés…
– Podemos poner el nombre que quiera.
– Sí, cualquiera que pongamos… han sido sancionados, pararon su carrera, cumplieron su sanción y volvieron después de pagar su deuda. Ese no fue el caso de Armstrong. Él confesó después. Se podría incluso decir que se llevó el dinero de otros corredores que compitieron limpios. Es muy diferente verse forzado a reconocer algo después de terminar tu carrera deportiva o cumplir una sanción porque has dado positivo en un control. Por ejemplo, cuando Virenque ganó la París-Tours, fue después de su sanción y se le analizó y todo fue normal. Son situaciones diferentes.
– Para ser absolutamente claros en esto: ¿las sanciones de por vida no deben ser la primera opción?
– Eso depende. Depende de la sustancia. No es algo tan sencillo. Esto es algo que debe decidir el TAS. Debe existir el principio de proporcionalidad entre el delito y la sanción. Sí considero que algunas conductas deben ser castigadas con una sanción de por vida: las sustancias más fuertes, las reincidencias…
– Sky ha estado transitando una zona gris, primero con el famoso caso del paquete de Wiggins y ahora con todo lo relativo a Chris Froome. ¿No cree que desde la UCI se podrían endurecer, además de las dirigidas al ciclista, las sanciones a los equipos? Es verdad que existe la norma de la acumulación de casos, pero en ocasiones da la impresión de que pueden salir indemnes de lo que hagan sus corredores.
– Creo que somos el único deporte con reglas que afectan directamente a los equipos. Esa regla que has mencionado ha sido aplicada en alguna ocasión recientemente y eso demuestra que nuestras políticas son estrictas, pero estoy de acuerdo con que tenemos que permanecer vigilantes, especialmente en cuestiones como las TUE.
– Históricamente se ha dicho que la ciencia del dopaje ha ido muy por delante de la del antidopaje. ¿Cree que sigue siendo así?
– Creo que eso fue una realidad en el pasado, pero ya no es así. Es evidente que la AMA está haciendo un gran trabajo. Si miras la situación del pelotón hace 20 años, es verdad que era mucho más complicado encontrar un atleta limpio. Hoy en día, es verdad que existen algunos tramposos, pero quiero que estén absolutamente seguros de que los cazaremos. Eso es así. Nosotros estamos trabajando muy duro en ello y puedo decir que el ciclismo nunca ha estado tan limpio como ahora.
– Antes me dijo que una de sus prioridades es la lucha contra el fraude mecánico. ¿Es más preocupante ahora mismo el dopaje mecánico que, por llamarlo de alguna manera, el tradicional?
– Ambos lo son. Sencillamente, no queremos que el ciclista haga trampas. Vamos a seguir luchando contra ambos. Reconozco que sería un absoluto desastre si el día de mañana tenemos un caso en el que el ganador del Tour de Francia es cazado usando un motor. Significaría que los corredores se han vuelto locos: que ya no estarían usando dopaje médico y se habrían pasado al mecánico…
– Vuelvo a una de mis preguntas anteriores, ¿el dopaje mecánico debe implicar sanción de por vida?
– Creo que sí. Si estás dispuesto a hacer eso, no te necesitamos en nuestro deporte.
Van hasta el culo