Redacción / Ciclo 21
La crisis del COVID-19 no tenía categoría de pandemia cuando Davide Formolo (UAE Team Emirates) y el pelotón del UAE Tour se toparon de golpe con la amenaza del virus. La organización canceló la carrera por varios casos de contagio y el gobierno de los Emiratos Árabes obligó a los equipos a pasar un periodo de cuarentena en un hotel de Abu Dabi. Unos salieron antes que otros, mientras que el equipo de casa se recluyó durante 15 días por voluntad propia.
El italiano de 27 años, que ya se encuentra de vuelta en su país, habló de la experiencia en una entrevista para La Gazzetta dello Sport: «Por momentos me puse nervioso, pero entendí que las prioridades eran otras», desvela Formolo, que secunda la línea marcada por el UAE Emirates. «El equipo siempre fue muy claro: prioridad para la salud, sin importarnos quién gane las carreras».
Formolo recuerda cómo se desarrollaron los acontecimientos desde que terminó la quinta y, a la postre, última etapa del UAE Tour: «Cuando hicimos el control todos dimos negativo, pero con el segundo alguien ya no estaba y el mundo se cayó sobre nosotros. Empezamos a ver personas con máscaras, ambulancias, oxígeno… Me di cuenta que el deporte no tenía nada que ver con eso, era algo mucho más serio».
El escalador italiano desvela que nunca dio positivo en coronavirus -«nunca, ni siquiera una décima de fiebre»- y agradece el trato de la organización (RCS) y las autoridades en Abu Dabi: «Siempre nos atendieron bien, nos trataron con guantes y, por suerte, en el hotel había una bonita terraza para rodar al aire libre. Iba de cama al rodillo y del rodillo a cama, por momentos me puse nervioso, dejé de responder a las personas que me escribían, pero entendí que las prioridades eran otras».
Formolo hizo clic cuando comprobó lo que estaba pasando en Italia: «Cuando vi en televisión lo de Bérgamo y me vino a la mente toda esa gente que no puede permitirse el lujo de quedarse en casa: médicos, enfermeras… Cuando ves que los ataúdes son llevados por camiones militares, ¿cómo piensas en volver a correr? Estamos en una guerra, incluso sin armas», reconoce el ciclista veronés.
La cara más amable del confiamiento fue vivir el nacimiento de Anna, la segunda hija de Diego Ulissi, aunque a distancia: «Compartimos el nacimiento a distancia. Y ahora tiene trienta tíos adquiridos. Y para celebrar, Matar (Suhail Al Yabhouni Al Dhaeri), presidente del equipo, nos envió mil chocolatinas».
Ya de vuelta en Italia, pasa el tiempo entre el rodillo y la cocina: «Me he convertido en un maestro panadero. Me gusta hacer cosas nuevas: pan, focaccia… aunque comemos poco, especialmente carne, porque somos profesionales y no podemos subir de peso», desvela Formolo, que alterna el rodillo con el gimnasio para mantenerse en forma.