David de la Cruz pone punto y final a su temporada antes de tiempo por culpa de un resfriado. El de Sabadell tenía previsto acabar el año disputando la Milán-Turín e Il Lombardía pero estará ausente en estas clásicas italianas por enfermedad porlo que se despide así del Quick Step sin poder vestir de nuevo sus colores. En 2018 estará en el Sky británico de Chris Froome.
«Me sabe mal no poder disputar estas pruebas. Tenía muchas ganas de terminar el 2017 y correr mis últimas carreras con el Quick Step mostrando un buen nivel y con opciones de disputar la victoria. Lamentablemente llevaba varios días sin sentirme bien, afectado por un resfriado, así que no he podido entrenar en las mejores condiciones. De esta forma, hubiese sido imposible estar al 100% en las próximas carreras, así que junto al equipo hemos tomado la decisión de no disputarlas.»
De este modo, el catalán da por concluida su temporada, la más exitosa como ciclista profesional. De la Cruz ha cosechado dos etapas, una en París-Niza y otra en la Vuelta al País Vasco, además de acumular 20 top-10 y es 8º en el TOP Ciclo 21, la clasificación al mejor español del año. El sabadellense fue séptimo en la general de la Volta a la Comunitat Valenciana, además de finalizar dos etapas entre los 10 primeros. En Omán, De la Cruz siguió la buena línea y peleó por varias etapas, finalizando dos veces sexto en las jornadas más exigentes.
En París-Niza se recuperó de un inicio poco afortunado y alzó los brazos en la última etapa por las calles de Niza, además de ser sexto en la exigente cronoescalada al Mount Brouilly. El catalán no tardó en repetir victoria. 24 días más tarde se adjudicó otro triunfo en Donostia y acabó peleando la general de la Vuelta al País Vasco hasta el último día.
En el Tour de Romandía volvió a demostrar un gran nivel y finalizó octavo en la primera etapa en línea. Una neumonía le dejó sin opcion de disputar el Tour de California, uno de sus principales objetivos de la temporada.
Y en la preparación de la Vuelta a España, el de Sabadell volvió a brillar con un podio en la Vuelta a Burgos. Fue tercero en la general, segundo en el exigente final en el Picón Blanco y cuarto en Las Lagunas de Neila, donde demostró que el segundo puesto en la general no le valía y se fue a por el liderato.
Finalmente, concluyó la temporada con el Quick Step realizando una gran Vuelta a España pese a todos los contratiempos. El español rozó la victoria y el maillot rojo en Andorra con un segundo puesto tras Nibali y consiguió finalizar tres etapas entre los diez primeros. Pese a que su participación tuvo un final amargo tras tener que abandonar tras una caída en la penúltima etapa, el catalán demostró estar entre los mejores de la Vuelta.