Parece increíble, pero en pleno siglo XXI e inmersos como estamos en la era de las redes sociales, los periscopes y las retransmisiones en alta definición, el ciclismo sigue siendo un deporte en el que muchas de las cosas que suceden en plena carrera, allá donde media docena de motos y dos helicópteros ofrecen imágenes en directo y varias decenas de fotógrafos intentan captar todos y cada uno de los momentos más espectaculares de la jornada, quedan a la sombra del espectador. Es inconcebible que, en una época como la actual, se puedan producir apagones en plena disputa de la fase final de una prueba World Tour como la Milán-San Remo. Y, claro, cuando las cosas han sido tan nerviosas y tan movidas como lo fueron en la Classicissima desde que el pelotón entró en la zona de los capos, no van a faltar aquellos que aprovechen esas lagunas de imágenes para arrojar dudas respecto de lo conseguido por un ganador tan sorprendente –no por sus cualidades, sino por esa caída sufrida justo antes del inicio de la subida de la Cipressa– como Arnaud Démare.
Que Démare era uno de los corredores que, por cualidades, podía entrar en las predicciones de alguno es innegable, pero no era la del francés una apuesta mayoritaria entre aficionados y medios antes de la disputa de la carrera. De hecho, el portal de apuestas Sportium pagaba el triunfo del corredor de FDJ con 67 euros por cada euro apostado (Bens Swift, segundo, se pagaba 34 a 1). Por ello, especialmente desde Italia, han sido muchas las voces que se han levantado para intentar restarle mérito a lo conseguido por el galo.
Como decimos, han sido precisamente la ausencia de imágenes de la persecución que tuvo que protagonizar Démare tras su caída la que ha hecho aparecer las acusaciones de conducta irregular por parte del ganador. Algunos corredores italianos, indignados con lo que aseguran haber presenciado, no dudan en calificar lo sucedido como “indignante y una vergüenza para nuestro deporte”.
Pero, ¿qué es lo que sucedió? El primero en arrojar luz al respecto fue un enfadadísimo Matteo Tosatto, compañero de Peter Sagan –uno de los derrotados del día– en el equipo Tinkoff que nada más cruzar la línea de meta hablaba muy claro al respecto. Según recoge La Gazzetta dello Sport, el transalpino narra la sucesión de acontecimientos asegurando que “antes de la Cipressa, Démare se había caído, y ya en la subida nos adelantó circulando al doble de velocidad que nosotros mientras rodaba pegado a su coche de equipo. No pude ver si iba agarrado a la ventanilla o a un bidón. Lo que sí tengo claro es que sin ese remolque, nunca habría llegado a poder disputar el sprint. Nunca había visto hacer algo así de una manera tan descarada”. Tosatto, además, aseguró que “no soy el único que lo ha visto. En ese momento, había más corredores rodando conmigo”.
Las palabras del veteranísimo compañero del actual campeón del mundo, que podrían leerse como una excusa por la derrota de su jefe de filas, encontraron un aliado en la figura del corredor de Astana –ex Movistar– Eros Capecchi que dio un dato llamativo: “Démare nos pasó en plena subida a la Cipressa a 80 kilómetros por hora. Nunca había visto algo así. Yo iba a rueda de Tosatto. Démare iba cogido del lado derecho del coche de su equipo”.
Ante la duda de que esta sea una elaborada excusa preparada por ambos corredores y siempre según la versión de la Gazzetta dello Sport, al cruzar la línea de meta Tosatto y Capecchi no cruzaron palabra y los autobuses de sus respectivos equipos no estaban aparcados cerca el uno del otro y que el jurado de la carrera recibió quejas en este mismo sentido por parte de más corredores además de los dos italianos ya mencionados.
Tras haber recibido esas denuncias, el jurado quiso averiguar lo sucedido, pero según el presidente del jurado, el francés Hervé Borcque, no existen imágenes de Arnaud Démare durante la subida a la Cipressa en la que se le acusa de haber sido remolcado por su coche de equipo. Así pues, y como ha sucedido en ocasiones anteriores, habrá que esperar si aparecen imágenes de aficionados a través de las redes sociales que puedan arrojar luz sobre lo sucedido.
El galo tiene un perfil activo en una plataforma donde se vuelcan los datos de los GPS de los deportistas (strava) y -tras estar un tiempo inactivo y con algunos segmentos borrados- ahí se ve su gran rendimiento en la parte final de la clásica italiana. Marcó el mejor tiempo de todos los registros volcados (KOM) en la aproximación a la Cipressa -igualando con Kwiatkowski en 2015-, en el ascenso total -superando en 3″ a Visconti- y desde la cima de la cota italiana hasta la meta, 27 kilómetros a 44,5 de media y con una velocidad máxima de 82 kilómetros por hora por delante de los belgas Van Avermaet y Bakelants.