El médico valenciano Luis García del Moral Betzen -sancionado de por vida por la USADA por el caso Armstrong- ha retomado su blog y ha publicado sus recomendaciones físicas para el verano para todo tipo de deportistas.
«Ahora que se acercan las vacaciones para una gran mayoría de los mortales, me parece oportuno hablar del descanso en relación al deporte o la actividad física.
En la vida diaria, existe una clara delimitación en la definición de los descansos, con el parón nocturno, el fin de semana, las fiestas trimestrales o las vacaciones de verano.
Pues algo parecido se debe hacer en relación a la actividad física. Más, no es necesariamente mejor. Muchas veces asociamos de forma errónea, el entrenar duro con la mejora del rendimiento, la sensación de fatiga con el necesario “desequilibrio” que nos produce una adaptación. Sin embargo, para una correcta adaptación nuestro organismo requiere de sus tiempos, y esto incluye el suficiente para una correcta reposición y “remodelado”.
Frecuentemente se ve en consulta la circunstancia de que con motivo de algún tipo de lesión sobrevenida de forma fortuita (por una caída o accidente) que requiere de una estancia obligada en el dique seco, al volver a la práctica deportiva, el sujeto se encuentra mejor que antes, “mas fresco”, y rinde mejor.
El descanso, no sólo va a permitir una correcta regeneración y supercompensación a nivel muscular o cardio-vascular, sino también y muy importante, a nivel emocional. Permite retomar la actividad con nuevos bríos e ilusiones.
Por otro lado, al dejar de hacer la rutina deportiva por un tiempo nos da la oportunidad de analizar con más perspectiva nuestros hábitos y metodología de trabajo, dedicar más tiempo a otras actividades que en temporada no podemos abordar, o prestar mas atención al entorno familiar y personal. Asimismo, es un momento perfecto para planificar la actividad futura.
Siempre se ha dicho que el descanso debe ser activo. Cierto, pero hasta un límite. Si ese descanso lo convertimos en realizar una actividad física alternativa a alta intensidad, ya no es un descanso. Y debemos tener en cuenta que un parón de 2 semanas no merma de forma significativa la forma física.
Es difícil establecer la cantidad óptima de descansos, pero teniendo en cuenta que se cumplan unos criterios generales de reposo nocturno (unas 7-9 horas), reposo a mitad de día (unos 20-30 minutos), reposo semanal (al menos 1 día de cada 7 a 14 días), reposo trimestral (1 semana de regeneración tras mesociclos), o reposo de temporada (15-30 días cada cambio de temporada).
En el día a día, un método muy simple pero muy útil para saber cómo vamos, sería tomarnos las pulsaciones en reposo antes de levantarnos de la cama. Si están elevadas respecto de lo que tenemos registrado como valor medio, nuestro organismo está, por un motivo u otro, sobreactivado. Es el día que debemos “regular” nuestro entreno, a la espera de cómo respondamos los días siguientes. Si se normalizan, la cosa va bien y volvemos a nuestra rutina. Si por el contrario continúan elevadas, sería necesario bajar más la intensidad, y plantearse la posibilidad de una consulta con un profesional para descartar otros problemas.
Se debe tener en cuenta que el entrenamiento se compone de dos fases: Trabajo y recuperación, ambas casi igual de importantes. Si la dosis de alguna de las dos falla, fallará la progresión física que se busca».