Después de conocerse hoy las sanciones definitivas para el iraní Rasouli y la italiana Fumagalli, la lacra del dopaje ha vuelto a tomar protagonismo después de que varios medios italianos hayan informado de que dirigentes del equipo aficionado Altopack Eppela han sido detenidos en una operación contra el dopaje. En esta ocasión, como hemos dicho, no se trata de deporte profesional sino que la operación de la policía transalpina ha afectado a uno de los principales equipos amateur del país.
Por el momento, ha trascendido que los detenidos son el propietario del equipo, el director deportivo y un farmacéutico, todos ellos acusados de suministrar productos prohibidos a los corredores violando, por lo tanto, la ley antidopaje italiana.
Según la policía, la operación se ha desarrollado después de haber podido probar que el propietario del equipo reclutaba y animaba a los jóvenes ciclistas a usar EPO, hormona de crecimiento y opiáceos.
Además, según informa La Gazzetta dello Sport la policía ha arrestado a los propietarios del inmueble en el que los corredores se alojaban tras las carreras y en el que, supuestamente, se les suministraban los distintos tratamientos dopantes, una práctica en la que Elso Frediani, director deportivo del equipo, se encargaba las cuestiones logísticas con el fin de asegurarse de que sus corredores no fueran cazados en ningún control, una red en la que el ex ciclista y ahora preparador físico del Altopack, Michele Viola, era el encargado de vender las dosis de EPO.
Pese a que el Altopack Eppela es el equipo en el que militaba Linsas Rumsas, el hijo de Raimundas Rumasas fallecido el pasado mes de mayo, la policía ha aclarado que estas detenciones no se relacionan con ese fallecimiento.