El pasado septiembre, Diego González sufrió un brutal accidente al colisionar contra un roca colocada intencionadamente en el punto de caída de una rampa de salto en una pista del monte Alba (Pontevedra). Fue el dramático colofón a meses de denuncias públicas alertando de la cada vez más habitual proliferación de trampas.
Como consecuencia del impacto, Diego González sufrió «una fractura tipo A, que es del tipo definitiva e irreversible». A través de las redes sociales, el ciclista confirmó las peores expectativas: «De los hombros abajo no tengo movilidad ni sensibilidad ninguna».
Desde la cama del hospital, en todo caso, realizó un llamamiento para que casos como el suyo no se vuelvan a repetir en la provincia de Pontevedra. «En vez de recibir ánimos, quiero animaros a vosotros a seguir y a asistir a las próximas concentraciones para concienciar a quien corresponde de que hay que tomar medidas». En este sentido, reveló que había trasladado al secretario general de Deportes de la Xunta, José Ramón Lete Lasa, que, «de algún modo tenían que sentarse a hablar todos los usuarios de los montes… comuneros, federación de ciclismo, incluso cazadores».
Fuente: lavozdegalicia.es