El abulense Diego Rubio dio el susto del día a la selección, cuando apenas llevaba media hora del entrenamiento que han protagonizado hoy los élites junto a los sub-23, con la excepción de Gonzalo Serrano que competía en la contrarreloj individual.
“Había un reflectante en el suelo, en el arcén, pero hay tantos y están las calzadas tan sucias que ni te das cuenta, con tan mala suerte de que me he soltado de manos y me he ido al suelo, y que luego Dani López se ha caído encima de mi”. De esta forma, el de Navaluenga sufría varios golpes, heridas y abrasiones en la parte izquierda de su cuerpo, en hombro, cadera y rodilla, así como en ambas muñecas, como informa la RFEC.
“Al principio lo que más me molestaba era la mano derecha, que no podía ni sacarla del hielo, aparte del hombro, que pensaba que podía tener algo porque se me ha inflamado muy rápido. Ahora, quizás sea la muñeca, aunque confío en estar completamente recuperado para el domingo”, añadía el de Caja Rural.
Rubio es uno de los cinco debutantes en la selección y aunque posiblemente sea el más desconocido de todos, su destacada actuación en el Europeo, trabajando en todo momento y lugar para sus compañeros, hizo que Javier Mínguez no dudase en reclutarle para el Mundial. “Si me lo dicen hace algunos meses hubiera pensado que es una broma, pero después del Europeo, sabía que podía tener opciones”.
En todo caso Plumelec no es Doha. “Todos opinamos lo mismo, que estamos acostumbrados a correr con calor, pero no tan extremo. La clave será cuidar la hidratación y ver cómo se desarrolla la carrera, porque se puede hacer muy dura”. Rubio considera que “mucho calor tiene que hacer para que se recorte la distancia; no creo que se haga, aunque no vendría mal quitar algunos kilómetros en la primera parte, en la del desierto. Hoy íbamos a hacer seis horas de entreno y los compañeros han dado la vuelta antes de lo que pensaban, para hacer poco más de cinco horas, porque iban ya tostados. Es una parte que se hará muy dura. Luego el circuito no lo es tanto”.
Por último, no está seguro de que la carrera vaya a jugarse al sprint, pero cuando se le pregunta que qué selecciones pueden estar interesadas en romper la carrera, responde: “A lo mejor algunas de las que menos se esperan”, para sonreír pícaramente y terminar, “¿Nosotros?”.