El lentísimo goteo del llamado “dopaje mecánico” ya ha manchado Francia. Al parecer un ciclista master de 43 años es el autor y ha sido cazado con un motorcillo por la policía y agencia antidopaje francesas, ahí es nada. Le tenían “clichado” tras unas exhibiciones en ascensiones tan duras que invitaba a la sospecha.
Como se dice la policía no es tonta y con la ayuda de Christophe Bassons, ciclista hace unos años que se distinguió del resto por ser crítico con la omertá sobre el dopaje, le estudiaron la bici y sacaron un rudimentario motor, como dicen en CyclingNews, de 200 vatios en el tubo del sillín.
En Francia estas cosas son delito, se le tacha de fraude deportivo y se soluciona devolviendo todos los premios sospechosos de ser ganados por este sistema y un castigo que le puede dejar fuera del deporte un tiempo.
Yo por de pronto le pondría nombre y apellidos, no lo han querido hacer, y de paso lo divulgaría por mismas redes sociales en las que seguramente se fotografiara con los trofeos, maillots y demás prebendas que se sacó haciendo trampas de la forma más burda y ruin.
Una vez hecho eso, le dejaría sin poder competir como a un ludópata se le impide entrar en cualquier casino del mundo, sólo con mostrar su DNI porque en definitiva demuestra la misma clase de enfermedad y obsesión que muchos de estos.
Artículo completo en El Cuaderno de Joan Seguidor