Eider Merino finalizó 16ª la pasada edición de la Ruta de Francia, consiguiendo en las últimas etapas finalizar con las mejores corredoras de la carrera. Dos top-10 en etapas y la 4ª posición final en la clasificación de jóvenes fueron el resultado de una competición que no empezó como Lointek Team esperaba.
Eider llegó al prólogo de salida justo el mismo día, tras volar desde Oporto debido a que el día anterior le tocó competir en la última cita de la Copa de España celebrada en Marín, y donde finalizó 3ª. «En el prólogo digamos que no sentía las piernas debido a la paliza de Marín y el viaje. Al día siguiente hubo una emboscada final donde sí me encontré bien y coronamos un grupo reducido al que se fueron sumando unidades. En los dos últimos kilómetros casi voy al suelo en una rotonda y conseguí llegar a cola del grupo a duras penas», declaraba la corredora de Balmaseda.
Tras dos días de competición, llegaron las complicaciones. «En la segunda etapa, la carrera comenzó muy nerviosa, yo iba mal colocada y se cortó el pelotón. No enganchamos y ahí perdí opciones de hacer una mejor general. Con la general perdida, al día siguiente intenté meterme en alguna fuga, consiguiendo entrar en una muy buena con representantes de casi todos los equipos, pero no hubo entendimiento ya que no tiraban más que dos o tres. La mala suerte seguía, y pinché a falta de 10 kms., justo antes de entrar en el circuito final. Tuve que cambiar bici con Lucía y así completar la etapa», aseveraba Eider.
Quedaba la parte decisiva de la competición, una crono y tres etapas donde la media montaña ganaría protagonismo. «La crono era demasiado llana y mis piernas tampoco me acompañaron, pensando incluso que iba pinchada. En la primera etapa de montaña se salió muy rápido con media de 42,7 km/h y continuos ataques. No me encontraba nada bien, pero suelo ir a más y en el último puerto me encontré mejor. Aunque no pude aguantar el gran ritmo de Amber Neben [ganadora final], fui capaz de mantenerme en el grupo perseguidor. Tras ello, la etapa reina. Lo que más miedo me daba era el primer puerto. Sabía que si no me cortaba ahí, tenía más posibilidades de aguantar en el grupo delantero. Lo conseguimos y al final logré una séptima plaza en el sprint, que sentí como recompensa a todos los infortunios que habíamos tenido en el equipo. La última etapa era un circuito al que debíamos dar tres vueltas con una subida de 2 kilómetros. En la primera subida ya se hizo una selección de unas 40 corredoras, pero en los dos siguientes pasos aunque se llegaba a romper un poco, enseguida se reagrupaba todo, así que llegamos al sprint tras cazar la escapada pocos kilómetros antes de meta», narraba la escaladora vasca
Otras dosis de experiencia más, que confirma la progresión de Eider como ciclista. «Me quedo con sabor agridulce por lo perdido en aquella segunda etapa por el viento, pero muy contenta con mis dos top ten que hasta ahora nunca había conseguido internacionalmente. Ahora toca descansar y preparar Plouay, que será la próxima carrera que afronte con el equipo», concluía Merino.
Prensa Lointek Team