Tres años después de debutar en Tour, dos veces segundo, ganador de un Giro y de vueltas del prestigio de Romandía, Tirreno y Volta, Nairo Quintana está en la casilla de salida. Él está preparado, ¿lo estará su equipo?
El colombiano es la punta de iceberg de esa generación que hace unos días tildamos de “los hijos de Uran” y que tan buena acogida ha tenido entre la audiencia colombiana que refleja, como ninguna otra, que la misión de Nairo en este Tour va más allá de la persona y compete a un país entero que espera vibrar y celebrar la primera victoria de uno de los suyos en la mejor carrera del mundo.
Pocas veces, por eso, un ciclista va a poder exhibir tan buenas sensaciones y un camino tan limpio hacia su objetivo de julio. Nairo habrá convivido con los habituales problemas de una preparación pero esta le ha dado más alegrias que problemas. Nairo ha ganado dos carreras del WT, ha hecho podio en otra y lo ha adornado con la Ruta del Sur.
A día de hoy, el gran miedo de Nairo debería ser los nervios de saberse posiblemente mejor que nunca. Cuando las cosas salen razonablemente bien ocurre que a mayor cercanía del objetivo más inquietud, pues bien esa es la que debe recorrer el pequeño cuerpo de este colombiano que tiene un país en vilo.
La Ruta del Sur no ha hecho más que ratificar lo dicho. Se ha divertido, entrando en una fuga de más de cien kilómetros, probando cosas nuevas, entrenando, afinando pero pasándoselo bien, y luego la crono, una prueba que obviamente no tenía los rivales del WT, pero que ganarla ya es un buen síntoma.
Artículo completo de Joan Seguidor aquí