La noticia se conoció el 1 de marzo de 2011. Marco Arriagada, el ciclista nacional con el mejor palmarés en ruta y pista (campeón mundial de puntuación en Moscú 2004, tricampeón de la Vuelta de Chile, medallista de oro panamericano) había arrojado positivo por estanozolol, una sus- tancia anabolizante, en cuatro etapas de la Vuelta Chile y una de la Vuelta a República Dominicana. Desde el principio se declaró inocente y apuntó a un compañero en el equipo T-Banc Skechers, el argentino Gerardo Fernández, quien le habría vendido un suplemento alimenticio mal rotulado.
«Me jodieron la carrera. Este año hubo varios positivos y el COCh dio castigos de tres y seis meses. No me retribuyeron todo lo que entregué al país. Ni siquiera me dieron acceso a un sicólogo. Me borraron del mapa», dice Arriagada, aún dolido.
El 13 de octubre de 2011, la Corte Arbitral del Comité Olímpico de Chile (COCh) dictó sentencia definitiva y una suspensión por dos años, con efecto desde el 29 de enero de 2011. La apelación del ciclista había resultado, pues el castigo de primera instancia era de cuatro años.
-¿Era habitual utilizar esas sustancias fuera de competencia?
-Es fuerte que lo diga ahora, porque no voy a correr en bicicleta nunca más, pero muchos se creen la Virgen María. No hay campeones que se hagan solos. Es imposible, todos necesitan ayuda. Es cosa de ver a Lance Armstrong. Nunca lo pillaron; lo tuvieron que acusar sus compañeros.
-¿Qué tipo de sustancias usaba?
-Eso no te lo voy a decir. Tampoco cómo lo hacía. Pero sí te puedo decir que los controles de dopaje están en pañales en Chile. Hay que culturizar mejor a nuestros deportistas y generar más médicos especialistas en el tema.
-¿Se arrepiente de haberlo hecho?
-No, porque todos lo hacían y no me quedó ninguna secuela. Sólo me arrepiento de haberme topado con la persona que me jodió la carrera.
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