Fernando Ferrari / Ciclo 21 / Getxo (Bizkaia)
Ya se barruntaba, pero quizás no tanto ni tan pronto. Enric Mas es la luz actual del horizonte del ciclismo español aunque se le adelantó casi sin querer y por sorpresa la figura de Óscar Rodríguez, 119 días menor que el talentoso mallorquín del que ya habla todo el mundo, expertos y atrevidos neófitos. Tras la retirada en 2016 de Purito Rodríguez -a pesar del escarceo con Bahrain- y el año pasado de Alberto Contador -más el positivo aún pendiente de Samuel Sánchez-, solo queda en el escenario dorado Alejandro Valverde, que en 2019 cumplirá los 39 años quién sabe si vestido de arcoíris. Los Landa, De la Cruz, Izagirre, Rubén Fernández, Bilbao o Jesús Herrada han querido pero, por unas cosas u otras, no han podido con el descomunal reto de las grandes vueltas, al final el ciclismo que más mueve a corredores, equipos y aficionados españoles.
Con este panorama ya esperado -en 2021 sin Valverde se editará una nueva canción- el ansia de querer buscar sucesores empieza a emerger como en épocas no tan pasadas. Tras la eclosión de Luis Ocaña, apareció 15 años después en el Tour, Pedro Delgado. Al segoviano le relevó como de una madison se tratara Miguel Indurain y al navarro se le colocó a un Abraham Olano con un palmarés que ya quisieran muchos, pero poco reconocido. Tras la mentira Armstrong llegó la serie española con la peculiar victoria de Pereiro y las dos de Contador -perdió una por dopaje- con Sastre como bisagra. En resumen, ocho ediciones ya sin victoria española en el Tour, tres en el Giro (Contador 2015) e idéntica sequía con el madrileño de nuevo como último vencedor en 2014 si no lo remedia Valverde en Madrid. Dos apellidos perennes en los últimos lustros.
Mas y Soler: el duelo que viene
El refresco y presunto relevo viene ahora de la mano del ausente en la Vuelta, Marc Soler -líder del TOP Ciclo 21 sub-26 2018 y segundo absoluto tras Valverde– y en esta edición de Enric Mas, los dos únicos corredores sub-26 que -hoy por hoy- tienen opciones de poder seguir el camino de los maillots generales. Y las comparaciones e hipótesis sobre ambos pueden ser injustas.
Soler ha ganado una París-Niza, pero no ha encontrado la regularidad en sus debuts en Vuelta a España y Tour de Francia lo que genera dudas sobre su rendimiento. Mas -dos años menor que Soler- solo conoce una Vuelta España (2017) y la que lleva recorrida en 2018. Y, de momento, la impresión favorece al insular, señalado en su día por Contador -un arma de doble filo-, capaz de codearse en la montaña con los mejores y firmar la contrarreloj de su vida en Torrelavega -su mejor puesto sigue siendo un tercer puesto en Saboya 2016 (2.2) y en primera división un 17º en el País Vasco 2017-, con un sexto por delante de especialistas y favoritos, soñando con el podio madrileño, con una etapa -o dos- en su Andorra residencial y fiscal y con su debut en el Mundial en su primer año elite tras la elección de Javier Mínguez. Un corredor con contrato hasta finales de 2019 con el magnífico Quick Step y que va a tener sala de espera de equipos para la campaña 2020. Pero Mas hoy por hoy no ha ganado «nada» -excepto etapa vasca en Arrate y dos vueltas 2.2 que él mismo no reconoce- y, como tantos otros, a los que se le etiquetó como «el sucesor de» puede sentir el estallido de la burbuja. No parece el caso por su curva ascendente, pero como él mismo repite y repite «tengo los pies en el suelo».
De momento le supera en calidad Óscar Rodríguez, que ya puede decir que tiene una etapa en una gran vuelta demostrando a los demás que sí se puede. Una misión capaz entonces para los otros jóvenes que resisten como los batalladores Lastra, García Cortina, Cabedo y Aranburu y los más discretos Sáez y Cristian Rodríguez. Corredores prometedores, pero, de momento, sin las trazas de los dos que están llamados a ser protagonistas de la próxima década. Jaime Rosón, otro de la lista –TOP Ciclo sub-26 2017– está desaparecido por su pasaporte biológico irregular y Xuban Errazkin (22 años), excluido por la seleción española del Porvenir y del Mundial por un presunto resultado adverso con una sustancia específica como el caso Froome. De modo que Mas y Soler esperan una compañía que quizás se llamen, entre otros, Barceló, Irisarri, Reguero, Etxabe, Ballesteros, Sevilla, Irizar, Camacho, Bou, Cantón, Azurmendia, Samitier o Castrillo. De ellos depende -y de los sub-23 actuales- que el futuro sea presente. Ley de vida.