El ciclismo también tiene energúmenos en la cuneta

El famoso puñetazo de Contador © Joan Seguidor

El famoso puñetazo de Contador © Joan Seguidor

El fin de semana de sucesos nos dejó un acontecimiento, que me entenderéis, no puedo entender, lo mire por donde lo mire. En la mañana de este lluvioso domingo que despidió noviembre, se disputó un partido liguero entre el Atlético de Madrid y el Deportivo de La Coruña. Dicen que estos partidos, por su horario, son ideales para llevar a los niños al campo. Un domingo a media mañana al fútbol y de vuelta a casa llegas bien para comer.

Plan perfecto, ideal, salvo que por el camino te encuentres a un centenar de subnormales dándose hostias hasta en el carnet y utilizando el mobiliario urbano para arrojárselo por la cabeza. Ya saben cómo acabó la cosa, una persona en medio del río que acabó falleciendo. Se ve que quedaron por WhatsApp.

He leído varios comentarios, a raíz de lo acontecido, comparando las aficiones del ciclismo con las del fútbol. Obviamente hablamos de mundos totalmente diferentes. El fútbol, en su raíz urbana, es más proclive a dar espectáculos como el de ayer y eso no va en detrimento de este deporte, que es precioso, sobre todo cuando lo aprecias sin colores, ni a favor del ciclismo, que también tiene lo suyo aunque las aficiones no se peleen. Otros deportes que no son el fútbol pero se disputan en pabellones, también acaban como el rosario de la Aurora.

Está claro que una persona como el aficionado ciclista que se toma la molestia de irse a cualquier puerto de cualquier carrera a ver pasar un pelotón no va a buscar bronca con nadie, sin embargo no siempre ha sido así y recordamos algunos recortes de prensa en los que los nervios que se viven en las cunetas se equiparan a los del fútbol.

Artículo completo de y en Joan Seguidor

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