El conseguido sueño del descarado Juanpe López

López, ganador en Aosta © Kometa

Fernando Ferrari / Ciclo 21

Tres jóvenes corredores españoles -hasta la fecha- protagonizan los grandes saltos de 2019 al World Tour 2020. A saber: Iñigo Elosegui (6 de marzo 1998, 21 años) pasa del Lizarte elite y sub-23 al Movistar; Carlos Rodríguez (2 febrero 2001, 18 años), del Kometa júnior al Ineos británico y Juan Pedro «Juanpe López Pérez (31 julio 1997, 22 años) del Kometa continental al Trek estadounidense.

El andaluz de la sevillana Lebrija –6º del TOP Ciclo 21 sub-26 y mejor sub-23 del año–  fue el primero de un trío en el que están depositadas buena parte del futuro del ciclismo doméstico en conocer su futuro. De la mano de su ya exmánager y actual representante, Fran Contador -hermano del exprofesional Alberto– y la colaboración ya extinta entre los conjuntos de la fundación del madrileño y el conjunto del italiano Luca Guercilena, el elegido fue este menudo escalador de 170 centímetros de estatura y poco más de 60 kilos de peso para lanzarse por el trampolín. Tiene ahora por delante dos campañas firmadas para imprimir su calidad, su desparpajo y descaro y su carácter ofensivo en las pruebas de un, de momento, calendario desconocido dentro de una plantilla de quilates que necesita borrar un 2019 por debajo de sus ambiciones.

López acude al tópico y a los pellizcos de es un «sueño hecho realidad» aunque matiza que es también «porque llevo siguiendo desde pequeño el ciclismo viendo a los profesionales y pensando que ojalá algún día pueda estar ahí y ahora ya está conseguido». Tampoco cree que el mentado sueño lo ha conseguido por falta de cualidades. «En la Comunitat Valenciana, Sicilia, Aragón, Hungría o Utah, cuando estuve a prueba, me di cuenta de que puedo estar ahí con ellos«. Y esto no acaba más que empezar para un corredor que tiene un amplio margen de mejora con esos 22-23 años que tendrá en 2020.

Ganador de una etapa en el Giro del Valle de Aosta italiano sub-23 considera «que puedo estar satisfecho con mi temporada aunque siempre piensas que podría haber sido mejor. La etapa de Aosta la tenía marcada en el calendario y me salió perfecta. En el Tour de Antalya en Turquía me quedé a un paso del podio final y en Sicilia me encontré bien atacando. Hungría [acabó sexto en la general] fue también importante para mi confianza y ya fue cuando me confirmaron que iba a estar en el Utah de aprendiz con el Trek, una gran e inolvidable experiencia».

Una ronda donde pudo disfrutar de lo que supone pertenecer a un conjunto de primera división con todo el personal y la enorme estructura que arrastra a su servicio. La parte negativa es que no pudo acudir al Tour del Porvenir con España por coincidir con la carrera americana. «Ya lo hablé en su momento con el seleccionador Ramón González Arrieta. No podia perder la oportunidad de ir con el Trek porque podría ser la llave de mi paso a su plantilla, como finalmente así fue». Una situación que le dejó fuera de una posible participación en el Campeonato del Mundo de la categoría sub-23 en Yorkshire -sobre un perfil que tampoco le convenía-, pero «no hubiera llegado en plenitud de condiciones y por todo agradezco la comprensión del seleccionador y de la federación».

Con los colores del Trek en Utah © Trek

Este ciclista que dejó el fútbol –seguidor acérrimo del Betis y de su buque insignia Joaquín– a los 12 años por el ciclismo ya ha empezado a conocer  y darse cuenta de su nueva condición. «Hace unos días estuvimos todo el equipo en Chicago para conocernos todo el grupo y tener las primeras pautas de la pretemporada. La verdad es que impresiona estar ahí al lado de Nibali, Mollema, Porte, el campeón del mundo Pedersen… Yo hice habitación con el italiano Ciccone y obviamente es con el que más migas hice además de con Antonio Nibali [el hermano menor  del ganador de las tres grandes], Ries [también procedente del Kometa] y Elissonde, pero en general el ambiente es muy bueno. ¿Mi inglés? Pues estoy en ello, pero poco a poco lo voy hablando mejor».

Mientras, entrena ya volumen de kilómetros -«ya llevo tres semanas rodando»- López -único español e hispanoparlante de la plantilla- tendrá como segundo punto de reunión con sus colegas en una nueva concentración en casa de los Nibali, Sicilia, donde quedará más clara su planificación para el ejercicio más importante de su aún corta carrera deportiva. Ya tiene algo claro y es que le espera una buena dosis de avión intercontinental y temperaturas tórridas como en su casa en verano. «Sé que debutaré en el Tour Down Under junto a Pedersen y Porte, de modo que va a ser un buen arranque para mí».

Y de momento, como corresponde a un corredor de su edad, no tiene tareas específicas asignadas. «Yo haré lo que me digan, pero de momento no me han exigido nada. No obstante es pronto y a medida que avance el tiempo iré sabiendo más cosas. Lo de tener dos años de contrato por delante tampoco me acomoda porque no pienso dejarme nada cuando la ocasión se presente«. Un espíritu que tendrá que demostrar cuando los desniveles crezcan en porcentaje -«no he hecho muchas contrarrelojes pero cada día mejoro»- y quizás alguno se pueda llevar una sorpresa como con otros corredores de su quinta este 2019. «Bernal es de otro nivel, pero ya se está viendo que hay una generación de jóvenes que se va haciendo hueco en este deporte y ojalá yo pueda formar parte de ella».

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