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Chiappucci en meta © Joan Seguidor
En el Pordoi, Miguel Indurain le rebañó la Cima Coppi a Chiappucci
La jornada reina del Giro ofrecía antes de su recorte seis mil metros y más de doscientos kilómetros de paseo por las alturas, con un tiempo que se prevé durísimo con alto, entre otras, en la Cima Coppi, el Pordoi de Fausto.
Un “remember” de grandes etapas en zonas tan bellas como los Dolomitas con un acento sobre el fondo y la resistencia que las grandes vueltas creo que habían perdido en pos de eso que se viene a llamar “ciclismo de Youtube” y que no es otra cosa que el ir quemando kilómetros y kilómetros para acabar reventando en los últimos 800 metros de etapa haciendo, a los ojos del espectador, totalmente prescindibles el resto de kilómetros, por mucho que estos pesen en las piernas del ciclista.
Hemos puesto nuestra mirada sobre la etapa de Corvara Alta Badia, una jornada de 5.000 metros de desnivel y una dureza que vino aliñada por dos elementos que ofrece este rincón de los Alpes: frío y lluvia.
#DiaD 6 de mayo de 1993
El Giro de 1993 tenía un buen puñado de estrellas y un grandísimo favorito, Miguel Indurain, que además de portar el dorsal uno, conocía los entresijos de una carrera que le había prendado desde el primer momento que pisó por su terreno. Aunque la jornada más famosa de esa edicion fue la de Oropa y el ataque in extremis de Piotr Ugrumov, hubo otra, días antes, que fue un canto a la épica.
Artículo completo en El Cuaderno de Joan Seguidor
